Toyota Motor suspendió hoy la venta de ocho
modelos en Norteamérica por problemas de seguridad, una medida
excepcional que puede frenar la recuperación que aventura el gigante
japonés para 2010.
Con la finalidad de solucionar definitivamente los problemas con
la aceleración involuntaria de sus modelos más populares en Estados
Unidos, Toyota ha decidido además detener temporalmente las
operaciones en cinco plantas y dejar de vender los modelos que
engrosan el 57% de sus vehículos nuevos en Norteamérica.
La suspensión de las ventas de éxitos como el Camry, el automóvil
más vendido de Estados Unidos desde 2007, y otros como los populares
RAV4, Corolla o Matrix, hasta un millón de vehículos anuales, puede
suponer un gran golpe para la credibilidad de Toyota en su primer
mercado.
En septiembre, Toyota ya llamó a revisión a 4,2 millones de
vehículos en relación con incidentes en los que el pedal de
aceleración se atascaba debido a una alfombrillas defectuosas. Ahora la
aparición de casos similares en los que no estaba presente esa
moqueta ha vuelto a hacer saltar las alarmas.
Ayer Toyota revisó al alza sus previsiones de ventas para 2010,
año en el que espera vender en todo el mundo un 6% más y
llegar a los 8,2 millones de unidades, así como salir de las
pérdidas en el ejercicio fiscal 2011.
El fabricante aseguró hoy que el problema se restringe a Estados
Unidos y Canadá debido a que los componentes y la mayoría de los
modelos se concentran en ese mercado.
No obstante, el diario Nikkei informó ayer de que Toyota estudia
tomar una medida similar en Europa y llamar a revisión a otros dos
millones de sus automóviles, con lo que el número de vehículos bajo
sospecha podría representar algo más de la mitad de toda la
producción de 2009.