“Hemos visto un crecimiento estable y promisorio en Chile”
Luego de cinco meses en el país, la empresa que ofrece películas y series por Internet ha aprendido sobre los gustos locales, trabajo que permitió a Chile estar entre los cinco mercados más importantes de Latinoamérica.
Por: | Publicado: Viernes 9 de marzo de 2012 a las 05:00 hrs.
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Por Claudia Marín
En septiembre del año pasado el rumor se hizo oficial y Netflix, la empresa estadounidense que terminó de derribar a los locales de arriendo de películas, se instaló en toda Latinoamérica y el Caribe. Antes, incluso, que en Europa.
La firma, que mediante una suscripción mensual permite ver por Internet series y películas a través de diversos dispositivos tecnológicos, cuenta con 24 millones de miembros en 47 países. Y, aunque no comparten cifras locales, la llegada a Latinoamérica parece estar rindiendo frutos.
“Hemos visto un crecimiento estable y promisorio en Chile”, explica Jonathan Friedland, Chief Communications Officer de Netflix, desde Estados Unidos. “Ahora es uno de nuestros cinco principales mercados latinoamericanos, que incluyen a Brasil, México, Colombia y Argentina”.
Conociendo al cliente
Los comentarios de los chilenos tras su llegada al país, sin embargo, fueron variados. Las críticas iban por la limitada cantidad de películas disponibles en el catálogo, por las series demasiado antiguas, por el doblaje e, incluso, por las teleseries mexicanas incluidas. Faltaba conexión con los gustos locales.
“Desde que hicimos el lanzamiento en septiembre, hemos pasado mucho tiempo escuchando a los consumidores y adaptando nuestro servicio para que cumpla con sus expectativas”, cuenta Friedland.
Entre los avances, el ejecutivo explica que han “duplicado la cantidad de películas y programas de televisión desde que comenzamos. Hemos agregado sonido en idioma original y subtítulos a más de un 90% de nuestros títulos (excepto los programas infantiles), en respuestas a las quejas de que había una proporción muy grande de nuestro catálogo doblado”. A esto se suman también más dispositivos para acceder al servicio.
Por ahora, los clientes en Chile son en su mayoría “adoptadores tempranos”, generalmente hombres jóvenes que tienen consolas de juegos. La firma espera ampliar gradualmente su público, siguiendo lo que ha pasado en Estados Unidos, donde tras cinco años entregando el servicio, su consumidor promedio son madres que se ubican en la parte alta de los 30 años.
“Nuestra esperanza es que con el tiempo los usuarios de Netflix cubran una amplia franja de la sociedad. Tenemos algo para todos en el servicio: para niños, adolescentes, para los padres y los abuelos”, señala Friedland.
El interés por Chile incluso llevó a la firma a probar Facebook Connect como medio para logearse a Netflix y compartir lo que los usuarios están viendo. Tras su éxito en el país, el sistema ya se usa en América Latina, Canadá y el Reino Unido.
“Mientras más aprendemos de los hábitos de los espectadores chilenos, más podemos ajustar el mix de películas y series disponibles para que se adapten a sus preferencias”, recalca el ejecutivo de Netflix.
En septiembre del año pasado el rumor se hizo oficial y Netflix, la empresa estadounidense que terminó de derribar a los locales de arriendo de películas, se instaló en toda Latinoamérica y el Caribe. Antes, incluso, que en Europa.
La firma, que mediante una suscripción mensual permite ver por Internet series y películas a través de diversos dispositivos tecnológicos, cuenta con 24 millones de miembros en 47 países. Y, aunque no comparten cifras locales, la llegada a Latinoamérica parece estar rindiendo frutos.
“Hemos visto un crecimiento estable y promisorio en Chile”, explica Jonathan Friedland, Chief Communications Officer de Netflix, desde Estados Unidos. “Ahora es uno de nuestros cinco principales mercados latinoamericanos, que incluyen a Brasil, México, Colombia y Argentina”.
Conociendo al cliente
Los comentarios de los chilenos tras su llegada al país, sin embargo, fueron variados. Las críticas iban por la limitada cantidad de películas disponibles en el catálogo, por las series demasiado antiguas, por el doblaje e, incluso, por las teleseries mexicanas incluidas. Faltaba conexión con los gustos locales.
“Desde que hicimos el lanzamiento en septiembre, hemos pasado mucho tiempo escuchando a los consumidores y adaptando nuestro servicio para que cumpla con sus expectativas”, cuenta Friedland.
Entre los avances, el ejecutivo explica que han “duplicado la cantidad de películas y programas de televisión desde que comenzamos. Hemos agregado sonido en idioma original y subtítulos a más de un 90% de nuestros títulos (excepto los programas infantiles), en respuestas a las quejas de que había una proporción muy grande de nuestro catálogo doblado”. A esto se suman también más dispositivos para acceder al servicio.
Por ahora, los clientes en Chile son en su mayoría “adoptadores tempranos”, generalmente hombres jóvenes que tienen consolas de juegos. La firma espera ampliar gradualmente su público, siguiendo lo que ha pasado en Estados Unidos, donde tras cinco años entregando el servicio, su consumidor promedio son madres que se ubican en la parte alta de los 30 años.
“Nuestra esperanza es que con el tiempo los usuarios de Netflix cubran una amplia franja de la sociedad. Tenemos algo para todos en el servicio: para niños, adolescentes, para los padres y los abuelos”, señala Friedland.
El interés por Chile incluso llevó a la firma a probar Facebook Connect como medio para logearse a Netflix y compartir lo que los usuarios están viendo. Tras su éxito en el país, el sistema ya se usa en América Latina, Canadá y el Reino Unido.
“Mientras más aprendemos de los hábitos de los espectadores chilenos, más podemos ajustar el mix de películas y series disponibles para que se adapten a sus preferencias”, recalca el ejecutivo de Netflix.