Huntsman se suma a la carrera presidencial
Ex gobernador de Utah es el noveno republicano que declara su intención de llegar a la Casa Blanca en 2012.
Por: | Publicado: Viernes 24 de junio de 2011 a las 05:00 hrs.
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Con la carrera para la nominación republicana tomando forma, Jon Huntsman, ex gobernador de Utah y ex embajador estadounidense en China, lanzó oficialmente su campaña, convirtiéndose en el noveno candidato declarado hasta ahora. Planteándose como moderado, Huntsman se distingue de la competencia. Pero la estrategia es riesgosa, porque puede ser muy liberal para los conservadores que son parte importante del electorado durante las primarias. Su fe mormona, su falta de reconocimiento nacional y los vínculos con la administración de Obama, también son problemáticos. Por el momento, Mitt Romney parece ser el más probable candidato republicano. Pero éste comparte los defectos de Huntsman y la posible entrada a la carrera de figuras de alto perfil pero aún no declaradas, como Sarah Palin y Rudy Giuliani, también podrían cambiar las posibilidades.
Por ahora, la candidatura de Huntsman es menos interesante por sus probabilidades de ganar -que por ahora parecen bajas- que por lo que revela de las dinámicas de la nominación republicana, en la atmósfera política actual. Huntsman tiene un mensaje claro y diferente, que es posicionarse como una voz de moderación, razón y, en sus propias palabras, “civilidad” en un momento de intenso y a veces virulento partidismo.
Huntsman es un diplomático serio y experto que habla mandarín fluido y que presumiblemente no estaría en riesgo de quedarse sin saber qué decir, como le pasó en una entrevista televisiva a Palin, la ex candidata a la vicepresidencia en 2008, ante preguntas básicas sobre política exterior. Ella, pese a gozar de reconocimiento en toda la nación y ser atractiva para los conservadores del Tea Party, aún tiene que convencer a los votantes de que tiene los componentes básicos que se necesitan para ser presidenta.
Huntsman es esencialmente lo contrario: menos popular en la base conservadora republicana, lo que le hará difícil ganar la nominación, pero más creíble y elegible en una elección general contra el presidente Barack Obama. Huntsman también apuntará a la reducción de impuestos y al sólido manejo económico durante su ejercicio como gobernador de Utah. Esto le daría un impulso a su campaña dada la importancia de temas como la creación de empleos y el déficit presupuestario en el debate político.
Sin embargo, las esperanzas de Huntsman de ganar la nominación de su partido descansan en obtener el renuente apoyo de los republicanos que pueden temer que otros rivales sean muy polarizantes como para enfrentar a Obama. De alguna forma, contrincantes como Michele Bachmann o, si decide correr, Palin, indudablemente tienen una ventaja en los caucus y primarias del Partido Republicano, donde los conservadores del partido tienden a tener mayor influencia. La pregunta es si el posicionamiento de Huntsman al centro político de su partido apelará a los pragmáticos.
Mayores debilidades
Las debilidades de Huntsman como candidato son evidentes. Primero, no está claro si podría vencer a Obama incluso si ganase la nominación. Y hasta lograr eso parece un desafío increíble. Un problema mayor es su parecido con Romney, quien también es visto como serio, competente y moderado (aunque Romney ahora se esfuerza por verse más conservador). Romney además llena los mismos requisitos electorales, y es ya un candidato más establecido.
Huntsman parece vulnerable en otros frentes también. Pese a ser sólidamente anti-aborto, es liberal con los derechos gays y se identifica ampliamente con el apoyo a los sistemas de derechos de emisión de gases invernaderos, una posición rechazada por muchos republicanos y potencialmente un pasivo político para ambos partidos, dada la actual debilidad económica.
Pese al claro liderazgo de Romney, la nominación republicana está aún en juego, y si la economía no mejora para noviembre de 2012, Obama será vulnerable. El concurso está recién empezando.
Por ahora, la candidatura de Huntsman es menos interesante por sus probabilidades de ganar -que por ahora parecen bajas- que por lo que revela de las dinámicas de la nominación republicana, en la atmósfera política actual. Huntsman tiene un mensaje claro y diferente, que es posicionarse como una voz de moderación, razón y, en sus propias palabras, “civilidad” en un momento de intenso y a veces virulento partidismo.
Huntsman es un diplomático serio y experto que habla mandarín fluido y que presumiblemente no estaría en riesgo de quedarse sin saber qué decir, como le pasó en una entrevista televisiva a Palin, la ex candidata a la vicepresidencia en 2008, ante preguntas básicas sobre política exterior. Ella, pese a gozar de reconocimiento en toda la nación y ser atractiva para los conservadores del Tea Party, aún tiene que convencer a los votantes de que tiene los componentes básicos que se necesitan para ser presidenta.
Huntsman es esencialmente lo contrario: menos popular en la base conservadora republicana, lo que le hará difícil ganar la nominación, pero más creíble y elegible en una elección general contra el presidente Barack Obama. Huntsman también apuntará a la reducción de impuestos y al sólido manejo económico durante su ejercicio como gobernador de Utah. Esto le daría un impulso a su campaña dada la importancia de temas como la creación de empleos y el déficit presupuestario en el debate político.
Sin embargo, las esperanzas de Huntsman de ganar la nominación de su partido descansan en obtener el renuente apoyo de los republicanos que pueden temer que otros rivales sean muy polarizantes como para enfrentar a Obama. De alguna forma, contrincantes como Michele Bachmann o, si decide correr, Palin, indudablemente tienen una ventaja en los caucus y primarias del Partido Republicano, donde los conservadores del partido tienden a tener mayor influencia. La pregunta es si el posicionamiento de Huntsman al centro político de su partido apelará a los pragmáticos.
Mayores debilidades
Las debilidades de Huntsman como candidato son evidentes. Primero, no está claro si podría vencer a Obama incluso si ganase la nominación. Y hasta lograr eso parece un desafío increíble. Un problema mayor es su parecido con Romney, quien también es visto como serio, competente y moderado (aunque Romney ahora se esfuerza por verse más conservador). Romney además llena los mismos requisitos electorales, y es ya un candidato más establecido.
Huntsman parece vulnerable en otros frentes también. Pese a ser sólidamente anti-aborto, es liberal con los derechos gays y se identifica ampliamente con el apoyo a los sistemas de derechos de emisión de gases invernaderos, una posición rechazada por muchos republicanos y potencialmente un pasivo político para ambos partidos, dada la actual debilidad económica.
Pese al claro liderazgo de Romney, la nominación republicana está aún en juego, y si la economía no mejora para noviembre de 2012, Obama será vulnerable. El concurso está recién empezando.