Los líderes de los principales partidos políticos que integran la coalición de gobierno en Grecia alcanzaron finalmente un acuerdo sobre las reformas de austeridad necesarias para que Atenas obtenga un nuevo rescate por 130.000 millones de euros (US$ 172.000 millones) y evite el default.
Sin embargo, la economía helena no está todavía a salvo. Los ministros de Hacienda de las principales economías de la eurozona seguirán vigilando de cerca el cumplimiento de los compromisos antes de liberar recursos frescos. Y lo más importante, Wolfgang Schaeuble, el ministro de Hacienda de Alemania, expresó sus dudas de que el acuerdo firmado cumpla completamente los requisitos exigidos. “El acuerdo, hasta donde entiendo, no está en una fase en la que pueda ser aprobada”, dijo al llegar a la reunión del Eurogrupo.
Alemania, la mayor economía de Europa, tendrá un rol fundamental en la siguiente etapa. La canciller Angela Merkel necesita la aprobación de su parlamento para seguir adelante con un canje de bonos entre Grecia y sus acreedores privados, respaldado por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, así como la aprobación del segundo rescate. La canciller se reunirá hoy con los líderes del poder legislativo. “Alemania es líder de los países del norte que quieren que los del sur impongan más austeridad”, dijo a DF el profesor de Finanzas de Babson College, John Edmunds.
Tras semanas de negociaciones y con el tiempo en contra, el grupo de financistas de Grecia veían con exasperación cómo se alargaban las discusiones. De hecho, el acuerdo sólo se alcanzó a pocas horas del inicio de la reunión de emergencia del Eurogrupo en Bruselas, donde los ministros de Finanzas de la eurozona definirían los detalles del plan.
Los representantes advirtieron que no habrá luz verde inmediata para el paquete de rescate, adelantando que Atenas primero debe probarse a sí misma. “Depende del gobierno griego entregar las acciones concretas a través de su legislación y otras acciones para convencer a sus socios europeos de que el segundo programa de rescate puede funcionar”, manifestó el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn.
Doloroso ajuste
Las medidas acordadas se traducirán en una gran caída en los estándares de vida de muchos griegos, ahora en su quinto año de recesión. En este contexto, el viceministro del Trabajo de Grecia, Yannis Koutsoukos, renunció a su cargo, en una señal de resistencia a las duras medidas de austeridad. El político, miembro del partido socialista PASOK y ex líder sindical, dijo que las medidas eran “dolorosas para la gente trabajadora”, acusando a los prestamistas internacionales de Grecia de chantaje.
Los dos mayores sindicatos laborales llamaron a una huelga de 48 horas entre hoy y mañana en contra de las reformas.
“Los griegos tenían que hacer esto o retirarse del euro, esas era las posibilidades. Sin el préstamo del rescate no habrían podido pagar el bono que vence en marzo”, dijo Edmunds.