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Publicado: Sábado 6 de septiembre de 2025 a las 04:00 hrs.
Saxonburg es una ciudad de 1.500 habitantes históricamente conocida porque uno de sus fundadores, John A. Roebling, creó los cables de acero que se utilizarían posteriormente en construcciones de puentes colgantes como el puente de Brooklyn. Se encuentra en el condado de Butler, Pensilvania, que en 2024 pasó a ser conocido por todos los estadounidenses porque fue donde Donald Trump escapó levemente herido de un intento de asesinato durante uno de sus mítines de campaña.
Esta pequeña localidad acoge la sede de Coherent, una empresa tecnológica especializada en materiales, componentes y sistemas láser y fotónicos, que se usan en telecomunicaciones, fabricación de semiconductores, industria, medicina e investigación científica. Su último ejercicio fiscal lo cerró con una facturación de US$ 4.708 millones y 26.000 empleados.
Con vistas a acelerar su tamaño y rentabilidad, el grupo fichó como nuevo CEO a Jim Anderson, un directivo desconocido, pero con una reputada carrera. Fue vicepresidente de AMD, rival de Nvidia en el campo de los semiconductores para IA, y entre 2018 y 2024 dirigió Lattice Semiconductors, cuya capitalización se multiplicó por 9 en ese período.
El fichaje de Anderson tuvo un impacto inmediato en la cotización de las empresas afectadas, pues Lattice se desplomó un 15,5% el 3 de junio, cuando se anunció la marcha del directivo, mientras que Coherent se disparó un 22,85%.
Pero lo que fue una gran noticia para los accionistas le ha acabado saliendo caro a su nueva compañía. El año pasado, Anderson fue el directivo mejor pagado entre todas las empresas de EEUU que facturan al menos US$ 1.000 millones.
¿Cómo es posible que una empresa que ni siquiera está incluida en el S&P 500 cuente con el CEO mejor pagado de la primera potencia del mundo? La respuesta es que ni la propia compañía esperaba tenerlo.
Su contrato recogía un sueldo fijo de US$ 81.538, a lo que se sumaba una prima de fichaje de US$ 500.000. El resto, el 99,4% de su remuneración, lo completaba un paquete de acciones que pretendía compensar la pérdida salarial que sufriría Anderson por dejar su anterior empresa. Sin embargo, la inesperada escalada bursátil que experimentó Coherent tras la incorporación de Anderson elevó sus honorarios hasta US$ 101,497 millones (87,09 millones de euros).
Sí, al menos en 2024, contar con Anderson no salió barato, pero su presencia está dando sus frutos en el parqué, pues Coherent ha subido un 15% en los últimos 12 meses. De mantener esta tendencia, quizás la pregunta pase a ser cuánto tardará un gigante de Silicon Valley en hacerse con sus servicios.
Tiene mucho mérito provocar el mejor día en Bolsa de la historia de la compañía que diriges cuando aún no has hecho nada. Esto es lo que ocurrió con el fichaje de Brian Niccol por Starbucks en agosto del año pasado, cuando las acciones del grupo de cafeterías se dispararon un 24,5% en Wall Street. En cambio, la cadena de comida mexicana Chipotle, de donde procedía el ejecutivo, cayó un 7,5%. Muy pocos directivos provocan una reacción de tal magnitud en el mercado. En el caso de Niccol, esto responde a su prestigio como CEO de éxito en el sector de la distribución y el consumo.
Su carrera comenzó a despegar en Procter & Gamble, grupo que dejó para impulsar en Yum! Brands los negocios de Pizza Hut y Taco Bell. En 2018 fue nombrado CEO de Chipotle, etapa que le consagró como una estrella dentro del sector, pues asumió la dirección de un grupo en crisis multado con US$ 25 millones porque cientos de clientes habían enfermado por sus comidas, algunos con norovirus. Cuando la abandonó, la compañía había firmado una escalada bursátil del 773% en seis años.
Su fama es el motivo por el que Starbucks estaba dispuesto a convertirle en uno de los CEO mejor pagados de Wall Street. La empresa se encuentra en dificultades desde hace años porque la estrategia impulsada por su predecesor, Laxman Narasimhan, no ha convencido ni a accionistas ni a clientes. Éste, de hecho, no duró más de 16 meses en el cargo. Niccol no sólo tiene ante sí el reto de revitalizar las ventas de la compañía, sino también de hacer olvidar por completo a Howard Schultz, la mente detrás de lo que es Starbucks hoy en día y que en dos ocasiones ha tenido que volver de su retiro para sacar de apuros al grupo.
La receta del éxito de Niccol pasa por cerrar establecimientos y hacer que los que permanezcan abiertos vuelvan a ser el lugar favorito de los clientes en el que pasar el tiempo cuando no estén en casa o en el trabajo. Para ello se está invirtiendo US$ 150.000 millones de la remodelación de tiendas, a la vez que restringen el acceso a sus cafeterías a la gente que no consumo algún producto.
Tras la euforia de su fichaje el año pasado, la evolución de Starbucks en Bolsa en 2025 refleja que las medidas de Niccol aún necesitan tiempo para cautivar a clientes e inversores.
Larry Culp fue consejero delegado de Danaher Corporation entre 2001 y 2014, tiempo en el que se embolsó más de US$ 200 millones por su acertada gestión al frente de un conglomerado estadounidense con unidades de negocio que van desde utensilios para dentistas a sistemas de purificación de agua.
Renunció al cargo para pasar más tiempo con sus hijos y dedicarse a la pesca, su gran afición, aunque a los cuatro años vio que necesitaba más alicientes en su rutina diaria, no le bastaba con poner anzuelos cada mañana en su caña. Por ello, se unió al consejo de General Electric en abril de 2018 y cuatro meses después se convirtió en el primer CEO externo del grupo estadounidense en sus 127 años de historia.
La situación de una compañía que en otros tiempos fue el máximo exponente del poder industrial estadounidense requería medidas inéditas en su historia. Su capitalización se había hundido desde los US$ 600.000 millones que tocó en el 2000 a los US$ 75.000 millones en el momento que se concretó su fichaje, resultado de una concatenación de malas adquisiciones, como el negocio de energía de Alstom, una burocracia excesiva y una cultura interna denominada como 'teatro del éxito', que minimizaba los problemas existentes. Para colmo, en 2017 se destaparon una serie de irregularidades contables entre las que se incluían el registro de ventas por un importe mayor al que tenían cuando se cerraban.
Culp implementó grandes cambios en sus primeros años. Introdujo una estructura organizativa inspirada en la de Toyota, escindió divisiones, vendió negocios no estratégicos y transmitió un liderazgo cercano al visitar en numerosas ocasiones fábricas y oficinas. Sin embargo, su receta para el éxito tardó en hacer efecto.
No fue hasta finales de 2022 cuando las acciones de General Electric comenzaron a despegar. Por entonces, sus títulos se movían en los US$ 50, pero ahora rozan los US$ 280. Esta escalada bursátil le sirvió a Culp para ser el tercer CEO mejor pagado de EEUU, con una remuneración de US$ 87,39 millones (74,99 millones de euros). No obstante, su elevado salario ha generado algún que otro encontronazo con los accionistas en el pasado.
En 2021 rechazaron que sus emolumentos alcanzaran los US$ 230 millones, pues una serie de cambios facilitó que el directivo consiguiera varios objetivos financieros durante la pandemia. Sin embargo, en 2023 aceptaron un bono en acciones de US$ 50 millones condicionado a objetivos hasta 2027. La empresa lo calificó como necesario para retener a Culp, al que otras empresas habían intentado fichar.
Bill Gates fundó Microsoft, pero Satya Nadella es el responsable de que la empresa de Seattle esté en la batalla por ser la firma más grande de Wall Street por capitalización. Cuando tomó las riendas del grupo en 2014, éste llevaba más de una década estancado.
La obsesión de sus directivos por hacer que toda la informática girara alrededor de Windows le hizo quedarse atrás en otros terrenos como los 'smartphones', donde Apple y Google tomaron la delantera, y la computación en la nube, negocio dominado por Amazon. Además, el grupo era conocido por una cultura tóxica que favorecía la rivalidad entre departamentos.
Esto afectó inevitablemente a sus acciones, que cayeron por debajo de los US$ 40 en junio de 2000 por la burbuja de las puntocom y en los 13 años siguientes no superaron los US$ 38.
Pero once años después del nombramiento de Nadella como CEO, Microsoft es una empresa completamente diferente. Este año ha sido la segunda empresa, tras Nvidia, en alcanzar los US$ 4 billones de capitalización, hito logrado tras una escalada bursátil de casi el 1.300% bajo el mandato de Nadella. El ejecutivo ha convertido la empresa en uno de los referentes de la computación en la nube e integración de la IA en sus servicios.
Además, ha ejecutado una ambiciosa política de adquisiciones, con un desembolso total de US$ 138.000 millones. Las dos compras más relevantes fueron la de LinkedIn en 2016, por US$ 26.200 millones, y la de Activision Blizzard en 2022, por otros US$ 68.700 millones.
En paralelo, ha impulsado una mejora sustancial en el ambiente laboral. Esto último es un reflejo de su personalidad, pues logró llegar a lo más alto del organigrama sin crearse enemigos. Aficionado al críquet y la poesía, ha reconocido que su manera de ser cambió al ser padre de un niño cuadripléjico, que falleció en 2022.
Larry Ellison dijo públicamente tras la muerte de Steve Jobs que Apple sufriría sin la visión del icónico gurú. Resultó estar equivocado, al igual que muchos otros expertos. En los catorce años que suma ya al frente del gigante tecnológico, el éxito de Tim Cook desde el punto de vista financiero es indiscutible.
La compañía ha sido la primera en alcanzar el billón, los dos billones y los tres billones de capitalización en Wall Street, ofreciendo entre 2012 y 2022 un retorno anual para el accionista del 33%. Cook fichó por Apple en 1997, poco después del regreso de Jobs a la compañía, como vicepresidente de operaciones mundiales, y diez años después fue ascendido a director de operaciones.
Desempeñó un papel decisivo en la eliminación de ineficiencias en los procesos de fabricación de Apple y en el establecimiento de su cadena de suministro en China, pero siempre optó por mantener un perfil público discreto. Una vez al frente de la empresa, ha implementado su propia hoja de ruta.
Su experiencia en el área de operaciones le llevó a apostar por escalar la producción global, pero sin sacrificar márgenes ni calidad, mientras que la gama de productos de Apple se ha seguido renovando con novedades como el Apple Watch y los AirPods. Además, ha sabido ver el potencial del negocio de servicios (App Store, Apple Music y iCloud), cuyo peso en el balance de los resultados ha crecido exponencialmente bajo su dirección. Su filosofía de decir más veces 'no' que 'sí' ha evitado caer en modas pasajeras y se ha ganado la fama de ser un hábil negociador con las autoridades políticas.
Todo, respetando la cultura innovadora que creó su admirado predecesor, quien no dejó margen de dudas a la hora de indicar quién quería que tomara las riendas de la compañía. "Recomiendo encarecidamente que ejecutemos nuestro plan de sucesión y nombremos a Tim Cook como CEO", dijo Jobs en su carta de renuncia.
Para encontrar a la primera mujer en el ránking de consejeros delegados mejor pagados hay que bajar hasta el puesto 26, ocupado por Jane Fraser. La CEO del banco estadounidense Citi tuvo en 2024 un salario de US$ 31,1 millones, montante que dentro del sector sólo se ve superado por el de David Solomon, de Goldman Sachs, que recibió US$ 31,29 millones.
Fraser llegó a Citi en 2004 para incorporarse al área de banca de inversión y desde entonces ha ocupado posiciones de liderazgo, incluido el puesto de consejera delegada de Citigroup Latinoamérica entre 2014 y 2019.
El día que fue nombrada CEO de la entidad, allá por febrero de 2021, quiso marcar estilo de liderazgo propio publicando un post en LinkedIn en el que aseguró que el futuro del grupo estaría determinado no solo por la innovación y la creación de valor, sino por la empatía hacía clientes y empleados. "Es el momento de acabar con los mitos. La empatía no es un signo de debilidad. En realidad, puede hacernos más competitivos", defendió.
Justo por detrás de Fraser, con una remuneración de US$ 30,99 millones de dólares, se sitúa Lisa Su. Esta directiva de origen taiwanés es CEO desde 2014 de AMD, el mayor rival de Nvidia en la fabricación de chips para entrenar modelos de inteligencia artificial (IA).
Su liderazgo al frente de una compañía le sirvió para ser la directiva mejor pagada del mundo en 2019, con US$ 58,5 millones, pues consiguió revitalizar el negocio de una empresa que acaba de despedir al 25% de su plantilla.
El reconocimiento a su labor va más allá de subidas en Bolsa o sueldos, ya que la Escuela de Negocios de Harvard ha comenzado a enseñar su gestión en AMD como caso práctico. Su éxito, pese a todo, no tiene ninguna receta mágica. Es una trabajadora incansable que se ha hecho famosa en Wall Street por organizar reuniones los sábados, pero esto no le ha granjeado mala fama, ya que quienes han tratado con ella reconocen que tiene un gran carisma.