Economía

Argentina vuelve a coquetear con la recesión y el gobierno ve poco margen de maniobra

Contracción en la actividad económica y ciclo de alza de tasas dificultan un crecimiento positivo para el primer trimestre.

Por: Ignacio Gallegos F. | Publicado: Martes 2 de mayo de 2017 a las 04:00 hrs.
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Con dos trimestres consecutivos de números azules en crecimiento económico, Argentina parecía estar dejando atrás años de resultados negativos. Pero el primer trimestre de 2017 podría marcar un regreso a la recesión, a la vista de las malas lecturas de indicadores en los primeros meses.

El índice de actividad económica Imacec se contrajo 2,2% en febrero, en comparación con el mismo mes de 2016, con lo que puso fin a una tendencia alcista que duró poco: apenas dos meses de lecturas interanuales positivas. En comparación con enero, la contracción fue de 1,9%, peor que cualquiera de los registros de 2016.

El dato se suma a las cifras recientes de alta inflación, que mantienen las expectativas de que el banco central continúe con su ciclo de alza de tasas de interés, tras subirlas sorpresivamente a 26,25% el mes pasado.

Los observadores del mercado argentino ya han comenzado a encender las alarmas. La consultora LCG señaló que la actividad económica tiene un crecimiento nulo desde octubre de 2016. Añadió que, hasta ahora, “siguen sin sentarse las bases para garantizar un crecimiento sostenible en el tiempo”.

Por su parte, el banco de inversión Nomura reportó la semana pasada que la recuperación del país es “desigual”. El analista Siobhan Morden señaló que las medidas delineadas por el gobierno “no son una estrategia obvia de apoyo al crecimiento ad portas de elecciones intermedias”, en referencia a las legislativas de este año.

“Se confirma que la recuperación es muy anémica”, dijo al diario Cronista el economista jefe de Ecolatina, Lorenzo Sigaut Graviña, aunque añadió que “se está recuperando el terreno perdido”.

Economía tambaleante

Los malos indicadores de este año golpean al presidente Mauricio Macri, quien, tras 17 meses en la Casa Rosada, no ha podido solucionar los problemas que él atribuye a las administraciones anteriores.

En febrero, la actividad en la manufactura industrial se redujo 7,1% en comparación con el mismo mes del año anterior. El comercio, especialmente golpeado por los fuertes aumentos de los precios, cayó 4,9%. La explotación de minas y canteras se redujo 6,7% y la construcción, 0,2%.

Un sector que vio crecimiento fue el de agricultura y ganadería, que alcanzó 1,8%. No obstante, los indicadores posteriores podrían acusar el golpe de las fuertes lluvias que afectaron a zonas agrícolas el mes pasado, y que generaron pérdidas a los productores de soya –cuyo precio, además, ha caído cerca de 8% en lo que va del año– y lácteos. Ello podría agravar el déficit comercial del país, calculado en US$ 941 millones en marzo, el mayor desde diciembre de 2015.

Al país también lo perjudica el contexto internacional: sus mayores socios comerciales, como Estados Unidos y Brasil, aún muestran un ritmo económico desacelerado, lo que ralentiza al sector exportador argentino.

Para revertir la situación y cumplir con las expectativas de crecer, al menos, 2% a lo largo del año, el país requerirá una recuperación notable en el consumo, un aumento de la inversión pública, mejora del sector agrícola y mayor demanda de sus exportaciones.

Año electoral

Las elecciones legislativas de octubre serán un factor central en las decisiones que tome la Casa Rosada durante los próximos meses. La proximidad de la campaña hace difícil que el gobierno –que ya enfrentó su primer paro general el 6 de abril– reimpulse el retiro de subsidios; al mismo tiempo, pone presión para que tome medidas para revivir la economía.

El economista jefe de IERAL, Gustavo Reyes, señaló en una columna que “la proximidad del proceso electoral y la falta resultados concretos en reformas estructurales clave no permiten que despeguen ni las exportaciones ni las inversiones”.

Por su parte, el analista político Óscar Muiño dijo esta semana a Financial Times que el oficialista Cambiemos apostará por la misma estrategia que utilizó para ganar las presidenciales: asegurar que sus reformas son la única manera posible para reactivar el país.

“Están repitiendo la polarización de 2015: lo nuevo versus lo viejo”, señaló, pero advirtió que la apuesta podría ser contraproducente, si el oficialismo no logra cumplir sus promesas.

En el mismo artículo, el exembajador estadounidense en Buenos Aires, Noah Mamet, manifestó más optimismo. “A diferencia de muchos amaneceres falsos del pasado, tengo esperanza de que esta vez los profundos cambios que está implementando Macri serán duraderos”.

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