Economía

Bruselas amenaza a Londres con un divorcio amargo y rápido

Políticos ingleses han planteado la posibilidad de suspender las leyes comunes de la UE sin dejar formalmente el bloque, como una maniobra negociadora.

Por: Alex Barker, Financial Times | Publicado: Viernes 17 de junio de 2016 a las 04:00 hrs.
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La Unión Europea está evaluando opciones legales para ejercer mano dura sobre Reino Unido si un gobierno post Brexit se niega a invocar la “cláusula formal de salida” del bloque, planes que ponen de relieve los temores de un amargo y desordenado divorcio si se decide el abandono del grupo.

Alarmados por las declaraciones de los defensores de la opción “salir”, legisladores de la UE han examinado formas de suspender los derechos de empresas británicas en el mercado único si un gobierno no cooperativo deshace las leyes comunes de la UE sin tratar de dejar formalmente la unión.

El litigio se refiere a la utilización del artículo 50 del Tratado de Lisboa, que expone un proceso de salida y una fecha límite renovable de dos años para un país que desea renunciar a su adhesión a la UE. El apartado sería invocado por el gobierno británico y no se activa automáticamente por el voto a favor de la salida en el referendo de la próxima semana.

Importantes defensores de la opción “salir” han dicho que Reino Unido retrasaría la activación de la cláusula y, en cambio, buscaría llevar a cabo conversaciones informales sobre nuevos tratados comerciales, sin darle poder a otros países de la UE para interrumpir los diálogos.

En tanto, Chris Grayling, un ministro de alto rango a favor de la campaña por el Brexit, dijo que Reino Unido legislará para inmediatamente frenar el papel de los juristas de la UE y, potencialmente, restringir algunos derechos de libre circulación.

Esto ha preocupado a las autoridades en Berlín, París y Roma, que lo ven como una maniobra táctica que elevará la incertidumbre y provocará una respuesta hostil por parte de los otros 27 miembros restantes de la UE. “Esto no está en las cartas. Si se quieren ir, está el artículo 50. No hay una tercera vía”, dijo un diplomático de la UE involucrado en la planificación de contingencias. “Sí o no, no hay nada en el medio. La gente se sorprenderá al ver lo rápido que podemos aplicar el artículo 50”.

Ánimo sombrío

Una serie de encuestas de opinión mostrando impulso de los activistas a favor del Brexit ha dejado a Bruselas en un estado de ánimo sombrío. El presidente del Consejo Europeo, Donald Trusk, ayer reiteró que un Reino Unido fuera de la UE será “claramente más débil”.

“En lugar de siete años de limbo político e incertidumbre en nuestras relaciones, que serán el resultado inevitable y directo del Brexit, podemos tener una rápida y duradera aplicación en menos de un año del nuevo asentamiento del Reino Unido en la UE”, dijo en referencia al acuerdo de febrero entre ambas partes.

Desde San Petersburgo, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, alentó a los votantes a que “no lo hagan”, diciendo que abriría un “período de gran incertidumbre”.

La pregunta vital de cuánto tiempo tomaría un divorcio depende de cuándo y cómo se invoque el artículo 50, y si esa ruptura es negociada y cerrada de forma simultánea con un acuerdo comercial separado que enmarque las relaciones futuras entre la UE y Reino Unido. Aunque los diplomáticos entienden que cualquier necesidad de cambio de gobierno o de primer ministro puede causar retraso, Alemania y Francia están de acuerdo en que las conversaciones formales detalladas con un gobierno post Brexit deberían iniciar tan pronto como sea posible, incluso bajo el artículo 50.

“Lo que se refutaría sería la decisión política de abandonar sin una notificación formal”, dijo un alto asesor de un líder de un gran país de la eurozona. “Creará una gran incertidumbre. Se consideraría una maniobra y eso no será aceptado. Nosotros diríamos que no vamos a comenzar negociación de ningún tipo sin una notificación”.

Si Reino Unido revoca los elementos básicos del derecho de la UE antes de salir de la Unión, autoridades del bloque son conscientes de que sus opciones son limitadas. Demandar a Reino Unido en el Tribunal de Justicia Europeo o incluso presionar para revocar sus derechos de voto no tendría sentido.

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