Bill Gross advirtió la semana pasada que el consumo es lo único que todavía sostiene a la economía de EEUU. “La economía, en ausencia del gasto del consumidor, está básicamente en una recesión”, aseguró el multimillonario administrador de fondos de inversión.
Efectivamente, el consumo representa dos tercios del Producto de EEUU y es lo que ha sostenido la expansión de los últimos meses ante la “ausencia de gasto de inversión”, puntualizó.
Por eso, la notoria desaceleración en el gasto de los consumidores durante julio resulta preocupante, tras un crecimiento del PIB de sólo 1,2% en el segundo trimestre.
Las ventas minoristas se estancaron tras un aumento revisado al alza de 0,8% en junio, lo que anticipa que el gasto de los consumidores se enfriará en el tercer trimestre.
Según cifras del Departamento de Comercio, las compras sumaron US$ 457.700 millones el mes pasado, una variación casi nula respecto de los US$ 457.900 millones de junio.
Caída transversal
Hubo retrocesos en las ventas de ocho de las trece grandes categorías, incluyendo estaciones de servicio, tiendas de abarrotes y cadenas de ropa, lo que opacó el aumento de 1,1% en la demanda por automóviles.
Ahora bien, la creciente demanda por vehículos está alejando el gasto de los bienes discrecionales, como los productos deportivos, cuyas ventas sufrieron su mayor descenso desde enero de 2015.
Excluyendo autos, gasolina, materiales de construcción y servicios alimentarios, las ventas de retail también fueron planas el mes pasado, tras subir 0,5% en junio. Estas ventas minoristas centrales, como se conocen, corresponden más fielmente al componente de gasto del consumidor del PIB.
Las cifras llevaron a algunos economistas a reducir sus pronósticos para el PIB en el tercer trimestre. Macroeconomic Advisers recortó su estimación a 2,9%, desde 3%, mientras que Barclays bajó la suya a 1,8%, desde 2%.
“No quiero ser negativo con el consumidor, pero este reporte se suma a la lista de incertidumbres sobre el segundo semestre del año y mantiene a la Reserva Federal en un modo de cautela en su política”, afirmó Kevin Cummins, economista de RBS Securities, a Bloomberg.
Otro informe de la Universidad de Michigan mostró que el índice de confianza de los consumidores subió menos de lo esperado en agosto y que la visión de los hogares sobre los ingresos se moderó. La menor confianza proviene principalmente de los hogares más jóvenes, que citaron gastos más altos de lo anticipado.
Avance online
Además de una menor demanda, los minoristas se enfrentan al crecimiento sostenido de las ventas online, que le siguen quitando participación de mercado a las tiendas tradicionales.
La semana pasada Macy’s, la mayor cadena de tiendas por departamento de EEUU, anunció que cerraría cerca de 100 tiendas en un intento por reestructurar su negocio tras seis trimestres consecutivos de caída en las ventas.
“El crecimiento del retail online está teniendo impacto en la economía amplia. Por ejemplo, la construcción de shopping centers y otras estructuras comerciales está sufriendo”, dijo Michael Feroli, economista de JPMorgan, a Reuters.