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REGÍSTRATE AQUÍEl país tendrá que obtener el permiso de Londres para la votación y postular de nuevo a la membresía de la UE si quiere ser parte del bloque.
Por: María Akbulyakova
Publicado: Martes 14 de marzo de 2017 a las 04:00 hrs.
No fue completamente sorpresivo, ya que las especulaciones venían circulando desde el voto por el Brexit. Pero la declaración de la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, sobre un nuevo referendo por la independencia complicó ayer aún más al gobierno de Theresa May, que recién logró revertir las enmiendas que “ataban de manos” al gabinete para notificar la salida de la UE.
Escocia “está en un cruce muy importante”, y sólo se ha encontrado con un “muro de piedra de intransigencia” para llegar a algún compromiso con el gobierno nacional, señaló ayer la máxima autoridad local. Particularmente, se refirió a la intención del territorio de quedar dentro del mercado único europeo. “El lenguaje de asociación ha desaparecido por completo”, afirmó Sturgeon. Por eso, señaló, la próxima semana buscará la aprobación del parlamento local a la llamada “orden de Sección 30” que garantiza “la capacidad de Escocia de realizar un referendo por la independencia”, agendándolo para en el otoño (boreal) de 2018 o primavera (boreal) de 2019, antes de la salida del Reino Unido de la UE.
Aunque el Partido Nacional de Escocia no tiene mayoría en el órgano legislativo –disponiendo de 63 escaños de 129– ya obtuvo el respaldo de “los verdes”.
Las críticas del gobierno nacional no se dejaron esperar. El portavoz de la primera ministra, Theresa May, dijo que un segundo referendo por la independencia “causará gran incertidumbre económica en el peor momento posible”. Más tarde, la autoridad en una declaración acusó a Sturgeon de llevar “más división e incertidumbre” a Escocia. “La política no es un juego”, sentenció May.
Mientras tanto, las amenazas de Sturgeon pueden no llegar a cumplirse. Para lograr el referendo, la ministra principal tiene que recibir no sólo la aprobación del parlamento local, sino que la luz verde del parlamento nacional. Y aunque, según las evaluaciones de los analistas de Eurasia, Theresa May no querrá bloquear el referendo, tratará de postergarlo más allá de la fecha agendada por Sturgeon, cuando –según las palabras de la misma autoridad local– ya “sea muy tarde para que Escocia elija un camino distinto”.
Mientras tanto, la situación económica de la región es peor que antes del referendo de 2014, cuando 55% de los escoceses votó contra la independencia: el colapso del petróleo aumentó el déficit hasta 15.000 millones de libras en 2016, más de 20% del presupuesto, mientras que la economía crece a ritmo menor que la del Reino Unido. La región tampoco podría esperar el respaldo de la UE, que ya señaló que tendrá que volver a postular a la membresía en el bloque.
May logra revertir enmiendas que "ataban de manos" al gobierno
Tras sufrir un golpe de parte de las autoridades escocesas, el gobierno británico se anotó ayer una victoria al lograr revertir las dos enmiendas impuestas por la Cámara de los Lores que "ataban de manos" a la primera ministra, Theresa May, para impulsar el Brexit.
Tras el debate en la Cámara de los Comunes, donde los conservadores de May tienen mayoría, los parlamentarios rechazaron ambas correcciones al documento original, que obligaban al gobierno a presentar medidas que garanticen los derechos de los europeos y daban a los diputados el voto sobre el acuerdo final.
La decisión fue tomada después de que el ministro del Brexit, David Davis, señaló que no entrará en negociaciones "con las manos atadas" y aseguró que el gobierno tendrá una "obligación moral" frente a los residentes de otros países.
Luego, el documento fue aprobado por la Cámara de los Lores, con los laboristas -la principal fuerza opositora- señalando que no quieren estar involucrados en el "ping-pong" entre las cámaras.
Se espera que hoy reciba una aprobación simbólica de la reina, tras lo cual la primera ministra tendrá libertad para notificar a la UE la salida de Reino Unido del bloque. Sin embargo, el portavoz de May señaló ayer que el gobierno no tiene intención de presentar la notificación esta semana ni la próxima, mencionando como la fecha más probable fines de mes.
Mientras tanto, ayer se publicó otro dato positivo para la economía, que parece no haber sufrido tanto por el Brexit. Según el indicador de confianza empresarial de Markit para febrero, 52% de las compañías británicas esperan que la actividad económica aumente en los próximos doce meses. En octubre, esa cifra era de 39%, la más baja en cuatro años.
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