Alemania, la mayor economía de la eurozona, se expandió a una tasa de 0,4% en el segundo trimestre, mientras que Italia, el tercer motor del bloque, decepcionó incluso las más modestas expectativas, al anotar un crecimiento nulo.
La gran sorpresa, sin embargo, provino de Europa del este: los cinco ex países comunistas vieron un salto en su actividad económica que volvió a los niveles previos a la crisis de 2009 y en varios de los casos superó las proyecciones.
El caso más dramático fue el de Rumania, que anotó una expansión de 1,5% en el segundo trimestre respecto del período enero-marzo. La cifra mantuvo el ritmo de los tres trimestres anteriores, cuando creció 1,6%, 1,2% y 1,5%, respectivamente. Sin embargo, en términos anualizados, el país registró una avance de 5,9%.
Hungría también logró un desempeño por sobre las expectativas. Mientras Eurostat, la oficina de estadísticas de la eurozona, estima que el PIB del país creció 1,7% anual en el segundo trimestre, las autoridades locales calculan la cifra más bien en 2,6%, muy por sobre el 1,9% proyectado por los economistas encuestados por Bloomberg. Tras el repunte en la actividad del país está un auge en su industria de servicios, su producción industrial y agricultura, todos aspectos que compensan una caída en la construcción, a medida que el financiamiento de la UE para proyectos públicos llega a su fin.
De acuerdo con el ministro de Economía, Mihaly Varga, el gobierno logrará la meta de una expansión de 2,5% en 2016. El mercado anticipa que el banco central mantendrá estable su política económica a la luz de los datos.
Bulgaria, Eslovaquia y Polonia -esta última la mayor economía de la zona- también vieron una expansión acelerada en comparación con el primer trimestre. La eurozona, el destino más importante para la mayoría de las exportaciones de dichos países, creció un 1,6% anual, una expansión similar a la del trimestre anterior.
La receta
Los buenos resultados de Europa del este muestran que el grupo de países -de los cuales sólo uno utiliza el euro- es capaz de resistir una desaceleración en la recuperación en la unión, así como la caída en los flujos que provienen de los fondos del bloque.
En un intento por mantener el impulso del crecimiento económico, los gobiernos de la zona han apostado por entregar fondos para estimular el gasto de los consumidores, lo que ha contrarrestado una caída en la inversión generada por el fin de los fondos de ayuda que entregó el bloque hasta fines de 2015.
“El crecimiento en la región una vez más ha estado impulsado por la demanda doméstica, que está respaldada en una caída en el desempleo y un aumento en los sueldos”, dijo el economista de Komercni Banka AS en Praga, Jan Steckerova, en una nota citada por Bloomberg. “La inversión sigue siendo el punto débil de la región”.
El Fondo Monetario Internacional espera que la producción económica de cerca de US$ 1 billón (millón de millones) que generan los países en su conjunto aumente 3,5% este año.
Por otra parte, los bonos gubernamentales de Europa del este tuvieron rendimientos más bajos que los de otros países en desarrollo, con un retorno del 8,6%, muy por detrás del promedio del índice de bonos soberanos de mercados emergentes de Bloomberg, con 14%. El zloti polaco y el elu de Rumania están entre las tres divisas que más se han depreciado entre los mercados emergentes en el segundo trimestre, de acuerdo con la agencia.
Situación de los países
Los recortes de impuestos y alzas de salarios fueron los principales factores para explicar que Rumania lograra su crecimiento más acelerado desde 2008. La Comisión Europea ha advertido, no obstante, que los beneficios tributarios podrían poner en riesgo los objetivos presupuestarios para el próximo año. Frente a ello, el mercado espera que el banco central ajuste su política monetaria para evitar un sobrecalentamiento de la economía.
En el caso de Eslovaquia, la expansión de 3,7% anual podría impulsar el crecimiento del año hasta un 3,4%, según el Ministerio de Hacienda.
El único país que creció menos de lo esperado fue Polonia, que anotó una expansión anualizada de 3%, por debajo del 3,3% que esperaba el mercado, a pesar de una inyección de recursos a través de beneficios sociales de US$ 1.100 millones que impulsó la demanda doméstica.
“Las proyecciones para la economía polaca no son malas”, dijo la economista jefe de Bank Poczotwy en Varsovia, Monika Kurtek. “Las dinámicas de crecimiento deberían acelerarse levemente a medida que el dinero que fluye del plan del gobierno comience a impulsar efectivamente la economía. Las empresas, sin embargo, están funcionando en un ambiente de alta incertidumbre que viene del extranjero”, concluyó.
Sobre la economía del resto de Europa, el economista senior de ING Bank en Amsterdam Bert Colijn manifestó a Bloomberg que “con la incertidumbre por el Brexit afectando las exportaciones y la debilidad industrial, parece que el consumidor tiene que llevar gran parte del peso”.
