Economía

Experto sobre Venezuela: para la oposición es difícil hablar de fraude porque debe movilizar a votar en las presidenciales

Ronal Rodríguez dijo que la oposición se ha desconectado de sus bases, pero otro error de las autoridades podría impulsar una nueva ola de protestas masivas.

Por: María Akbulyakova | Publicado: Martes 17 de octubre de 2017 a las 04:00 hrs.
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Los dudosos resultados de las elecciones regionales que se realizaron el domingo en Venezuela, donde el régimen de Nicolás Maduro obtuvo una amplia victoria, generaron el rechazo de la oposición y un amplio cuestionamiento internacional. Pero más allá de eso, podrían llevar a un escenario en que las opciones radicales se impongan ante la vía democrática.

"Es un panorama bastante peligroso: cuando las vías democráticas se cierran, cuando no hay esperanza en los procesos electorales, las opciones no democráticas –que han promovido algunos sectores de la oposición por falta de garantías- empiezan a primar", advirtió en una entrevista con DF Ronal Rodríquez, experto del Observatorio de Venezuela en la Universidad del Rosario, Bogotá.

- ¿Qué podemos esperar de la oposición con el resultado de las elecciones?

- Esto dificulta la situación, sobre todo de cara de las elecciones presidenciales del próximo año, ya que deja a Venezuela en un punto donde el diálogo está truncado y hay  desconfianza en la salida democrática.

Es una situación muy parecida a lo que ocurría de 2002 a 2004, cuando después del golpe de Estado y el referéndum revocatorio la oposición se quebró y terminó dando una victoria electoral muy grande al chavismo en 2006.

- ¿Puede haber un nuevo surgimiento de protestas masivas?

- La oposición en este momento se ha desconectado nuevamente de sus bases. Si la MUD llama a protestar, no se sabe cuánta gente realmente va a salir, porque muchos de ellos apostaron por la salida democrática, hicieron un esfuerzo para ir a votar -incluso esperando más de seis horas-, para que el resultado que entregue el CNE les sea completamente adverso. En esta situación, no siento que la movilización entregue un resultado real.

La derrota en el estado de Miranda fue mucho más dura, porque era donde la oposición tenía una base electoral desde hace años. Eso genera un debilitamiento en el liderazgo ante las dudas sobre quién podría sacar la gente a la calle.

- ¿Cuánto influyó el fraude electoral en los resultados?

- Ya hemos conocido las maniobras del ventajismo. En el pasado, en los tiempos de Hugo Chávez, hubo espacios aún mayores, cuando el gobierno tenía una chequera petrolera ilimitada para comprar la voluntad de muchos ciudadanos. Ahora no la tiene, actúa más por coacción, por confusión del electorado.

Lo que llama la atención es el nivel de incertidumbre que genera el Consejo Nacional Electoral: muchos de los líderes de oposición apostaban por una victoria en más de nueve estados, y entre los actos que ellos tienen no hay correspondencia con lo que publicó el CNE.

Más allá de ventajismo, se está empezando a hablar de un fraude, lo cual ha sido muy difícil porque hasta la oposición tendría que jugar la carta de no hablar de eso para poder movilizar a sus bases a votar. Hablar del fraude ahora significa que en las próximas elecciones presidenciales, no podrán movilizar a su gente.
Es un escenario bastante ambivalente, en el cual la oposición en los próximos días tendrá que saberse reinventar para poder hacer frente a esta situación.

- ¿Las acciones internacionales pueden ser decisivas?

- El problema es de los venezolanos, y lo van a tener que resolver ellos. La comunidad internacional puede emitir algunas sanciones, que pueden ir en la dirección correcta, sancionando a los funcionarios específicos, o en direcciones erradas, como ocurrió con EEUU, que llegó a sancionar a los ciudadanos de todo el país, lo que puede generar a mediano o largo plazo una crisis todavía mayor en Venezuela.

- ¿Podría influir EEUU en la situación impulsando sanciones más fuertes, como un embargo petrolero?

- Hay que reconocer una cosa: Maduro ha sabido llevar el barco en los peores momentos. Está dispuesto a sacrificar a su pueblo, lo ha llevado a condiciones de miseria lamentables a las que cualquier otro líder demócrata habría renunciado hace rato. Es un poco la fórmula cubana de llevar al pueblo a una condición casi extrema para mantener el proyecto político.

Maduro se ha resistido a dejar el poder y no sabemos hasta qué punto puede llegar. Recuerdo una declaración en la cual el presidente dijo que en Venezuela estamos jodidos, pero felices, entonces uno se pregunta cuál es la responsabilidad del jefe de Estado que prefiere llevar a su pueblo hasta este nivel con tal de sostener el poder.

- ¿Es posible un eventual diálogo entre las partes?

- Es más difícil en este momento: si la oposición hubiese ganado, tendría un margen de maniobra mayor, pero tiene una profunda desconfianza en el gobierno, sobre todo por los resultados de ayer. Ante esta situación, el gobierno tampoco está dispuesto a dar concesiones a la oposición a la cual ha podido engañar con el proceso electoral. En lugar de generar una situación favorable, ha sido todo lo contrario: hay mayor desconfianza, temor y el peligro de que cuando se cierren las vías democráticas, las acciones empiezan a barajarse y aumenta el nivel de riesgo.

- ¿Podría cambiar algo radicalmente antes de las elecciones presidenciales?

- El escenario venezolano es poco predecible. A fines del año pasado, en octubre, cuando el gobierno había logrado desactivar el referéndum revocatorio, la oposición parecía derrotada, parecía que no había nada que le permitiera reconectarse con sus bases. Pero cuando el Tribunal Supremo de Justicia intentó modificar las reglas del juego a través de dos sentencias para quitar poderes a la Asamblea Nacional, terminó activando las protestas que durante cuatro meses llevaron a la población a reclamar una ruptura del orden constitucional. Dentro del actual escenario venezolano, no sabemos qué puede suceder mañana que genere una nueva reactivación de la población.

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