La desmedida represión que desde hace más de un mes emplean los militares en contra de los detractores del presidente Nicolás Maduro, los ha llevado a prepararse literalmente con todo.
Ya no sólo se ven máscaras antigas caseras, barricadas improvisadas, cascos de construcción y coloridas defensas –como las usadas ayer en la Marcha de los Escudos–, sino que los más osados han optado por fabricar réplicas de bombas molotov pero rellenas de heces. Se llaman “puputov”.
“Es un medio de ayuda, ya que ellos (la guardia) nos lanzan gas. Como no tenemos gas, entonces usemos gas 100% natural. Y si no lo creen, que agarren una bolsita y la huelan”, indicó un joven.
Aunque aseguran que su impacto ha sido efectivo no ha hecho mermar la acción militar. Ayer, nuevamente las calles del país se convirtieron en escenas de guerra y sumaron dos víctimas fatales más, ambas por armas de fuego.
En Caracas, los efectivos impidieron que los manifestantes llegaran a su destino: el Tribunal Supremo de Justicia.
Mientras, crece el distanciamiento entre la Fiscalía y el Ejecutivo.
El organismo rechazó el uso de tribunales militares para juzgar civiles y pidió que las catorce personas que fueron detenidas y acusadas de destruir una estatua del fallecido presidente Hugo Chávez en el occidente del país, sean procesadas como corresponde ante cortes civiles.
En las últimas semanas, a medida que escala el conflicto, opositores han destruido pancartas, avisos propagandísticos y otros emblemas que evocan al líder de la Revolución.
En tanto, la OEA resolvió ayer reunirse el lunes para decidir sobre la convocatoria a la reunión de cancilleres para tratar la crisis, luego de hacer consultas internas entre todas las naciones.