Según los datos revisados publicados ayer por el Departamento de Comercio, el crecimiento económico de EEUU se mantuvo sin cambios, en 1,9% a tasa anualizada, en el cuarto trimestre de 2016.
A pesar de que la cifra no cumplió con las expectativas –que apuntaban a un avance de 2,1%–, el fuerte gasto del consumidor solidifica las esperanzas de crecimiento estable. El gasto de los hogares estadounidenses –responsable de 70% del PIB– aumentó 3%, por encima de lo esperado y una revisión al alza desde el 2,5% informado previamente.
A la vez, el índice de confianza del consumidor avanzó 3,2%, a 114,8 puntos, su mayor lectura desde julio de 2001.
Los hogares están siendo alentados por el sólido mercado laboral, el aumento de los ingresos –que crecieron 2% comparado con la estimación previa de 1,5%– y las bajas tasas de interés.
Sin embargo, la inversión privada ha ralentizado su ritmo, expandiéndose 1,3% y agregando 0,17 punto porcentual a la cifra total, menos que la primera lectura de 0,3 punto.
A la vez, los gastos gubernamentales locales crecieron solo 1,3%, la mitad que la cifra informada inicialmente, mientras que los del gobierno federal registraron una baja de 1,2% a tasa anualizada.
La cifra total también reflejó un aporte negativo de las exportaciones netas, que bajaron 1,7%.
Según los datos del otro reporte, el déficit comercial aumentó 7,6% en enero, hasta US$ 69.200 millones.
Así, el crecimiento se desaceleró en el cuarto trimestre del año pasado desde el 3,5% registrado en el periodo anterior.
La economía creció 1,6% en 2016, su menor ritmo desde 2011. Las cifras ponen presión al presidente Donald Trump, que prometió impulsar el crecimiento económico a 4% anual. Además, señaló que la “economía reactivada” pagará el incremento del presupuesto.
