El Departamento de Seguridad Nacional de EEUU emitió ayer nuevas reglas para la seguridad fronteriza como parte de la campaña contra la inmigración ilegal prometida por el presidente Donald Trump, quien firmó el 25 de enero órdenes ejecutivas que incluyen la construcción de un muro fronterizo con México.
En un par de memorandos, y en vísperas de la visita que realizará esta semana a la nación azteca, el secretario de seguridad nacional, John Kelly, detalló pasos “diseñados para detener la inmigración ilegal y facilitar la detección, detención y expulsión de extranjeros que no tienen las bases legales para entrar o permanecer en EEUU”.
Kelly ordenó iniciar la planificación de la construcción del muro a lo largo del límite sur del país, la contratación de 15.000 agentes más de patrulla fronteriza y de inmigración, e “impulsar el despliegue de jueces de inmigración y oficiales de asilo”.
La medida refuerza los esfuerzos de Trump por cumplir con sus promesas de campaña y por dar marcha atrás a muchas de las políticas de su antecesor, Barack Obama.
A diferencia de la anterior administración, se expulsará a los condenados o acusados de “cualquier ofensa criminal” o aquellas personas que estén involucradas en cualquier declaración falsa ante un organismo gubernamental, incluido el abuso de los beneficios públicos, según plantean los documentos que no incluyen la prohibición de entrada al país de siete países de mayoría musulmana.
Al respecto, el líder republicano aseguró que una versión revisada de esa orden será emitida “muy pronto”.
Las acciones llegan cuando la población de inmigrantes ilegales está en 11 millones.