El gobierno de India reveló ayer que la economía local se expandió 7% en los tres meses finalizados en diciembre, comparado con el mismo período de 2015, solo un poco por debajo de la tasa de crecimiento de 7,4% del trimestre anterior. De este modo, logró sobreponerse al impacto que pudo haber tenido la decisión del primer ministro Narendra Modi de sacar de circulación cerca de 86% del efectivo en la nación.
El fuerte desempeño –que se contrapone con los resultados de algunas empresas privadas– sorprendió a muchos economistas independientes, que estaban esperando una caída más profunda en el crecimiento como consecuencia de la ausencia de efectivo.
Así, las autoridades de India calificaron los datos como una reivindicación de la drástica medida impuesta el 8 de noviembre de 2016 que, según dijeron entonces, solo tendría un impacto menor y temporal en la economía.
“Las cifras rechazan por completo las especulaciones negativas sobre el impacto de la desmonetización”, dijo en rueda de prensa Shaktikanta Das, un alto funcionario del Ministerio de Finanzas.
Sin embargo, Sajjid Chinoy, economista de JPMorgan, atribuyó el desempeño económico a un fuerte crecimiento de la agricultura –que se expandió 6% comparado con el 3,8% del trimestre anterior– y a un avance de 12% del gasto gubernamental.
“El dato pareciera indicar que no hubo impacto de la desmonetización”, dijo Chinoy para luego agregar: “pero debajo de la superficie ha habido cierta caída (...) habrá que esperar las cifras del próximo trimestre”.
Más allá de las especulaciones, el Ejecutivo se mostró positivo y reiteró que espera un crecimiento anual de 7% para el ejercicio fiscal actual que finaliza en marzo.
“El crecimiento del PIB durante 2016-2017 está estimado en 7,1 % en comparación con la tasa de 7,9 % de 2015-20116”, informó la Oficina Central de Estadísticas (CSO), encargada de publicar las cifras, en un comunicado.
