Desde ayer fue reabierta, de forma progresiva y bajo estricta vigilancia militar, la frontera colombo-venezolana luego de que los presidentes de ambas naciones, Juan Manuel Santos y Nicolás Maduro, sostuvieran una conversación telefónica en horas de la noche del lunes sobre la decisión de Caracas de cerrar el paso “para hacer frente a las mafias que, desde el vecino país y dirigidas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, buscan afectar la economía”.
Según Maduro, grupos vinculados a casas de cambio que operan del lado colombiano extraen billetes desde Venezuela –especialmente los de 100 bolívares (US$ 0,15)– para hacer operaciones cambiarias y otros negocios, ocasionando que la moneda se debilite progresivamente frente al dólar.
Santos negó dichas acusaciones y aseguró que en su país son muy pocos los billetes venezolanos que están en mano de comerciantes de divisas y dueños de negocios. Además, consideró que los problemas económicos del otro lado del borde no se producen en la nación cafetera. “El problema de la situación económica de Venezuela no está en la frontera ni en Colombia (…) Estamos dispuestos a colaborar para que ese problema se pueda solucionar pero la opción no es cerrando la frontera”, apuntó.
Por ello, ayer se trasladó a Cúcuta para evaluar el impacto de la medida que fue tomada por Maduro hace exactamente una semana –que había extendido hasta el 2 de enero de 2017 pero ahora da marcha atrás– y que había dejado a miles de ciudadanos sin posibilidad de retornar al país.
El ministro del Interior de Colombia, Juan Fernando Cristo, celebró el levantamiento del bloqueo y consideró que “lo más conveniente ahora es fortalecer el trabajo binacional para garantizar que sea una frontera segura, una frontera en paz, que genere oportunidades para la gente”.
Según Cristo, la mayoría de quienes pasaron ayer el puente internacional Simón Bolívar, que comunica ambas naciones, eran ciudadanos cargados de alimentos y productos de primera necesidad.
Entre agosto de 2015 y agosto de 2016, el paso también fue cerrado por orden de Maduro para hacer frente, en ese momento, a ataques de supuestos paramilitares colombianos y al contrabando de alimentos considerado por el Ejecutivo como la principal causa de la escasez en el país.
Respeto a comerciantes
Colombia, que había convocado al embajador venezolano en Bogotá para expresarle su inconformismo por las acusaciones de Maduro en medio de la crisis de los billetes, solicitó a Caracas respeto hacia los comerciantes que operan en la frontera y la creación de un mecanismo para que tenedores de billetes de 100 bolívares puedan ingresarlos al sistema financiero venezolano.
Brasil, con quien también se ha implementado la medida del cierre del paso fronterizo, se unió a la solicitud de protección a sus connacionales y envió una comitiva para ayudar a 37 personas que no consiguen regresar.
China, en tanto, había anunciado el día previo que se encontraba evaluando los posibles daños causados a negocios gestionados por ciudadanos de esa nacionalidad en Venezuela, en el marco de los disturbios que se desataron este fin de semana en varios estados y que llevaron a fuerzas policiales a detener a más de 400 personas en todo el territorio.
Estados Unidos ya había emitido a finales de la semana pasada una nueva alerta de viaje para quienes tuviesen pensado ir a Venezuela próximamente y ayer negó tener algún tipo de vínculo con el retraso en la llegada de los papeles de la nueva serie monetaria que no han logrado ser puestos en circulación.
Mercosur y protestas
En tanto, la canciller argentina, Susana Malcorra, reiteró ayer que Venezuela “ha cesado su participación en el Mercosur” y que regresará al bloque cuando cumpla con las normas internas de la organización. Asimismo, destacó su apoyo al proceso de diálogo entre el gobierno y la oposición, con intermediación del Vaticano y Unasur, pero reiteró que “no hay fórmula que no esté en los venezolanos”. “No hay milagros desde afuera ni enemigos en el exterior”, apuntó.
Mientras, dirigentes de tres organizaciones políticas se movilizaron en el centro de la capital venezolana para exigir la renuncia del presidente Maduro. Aunque no hubo gran convocatoria, el diputado Freddy Guevara aseguró que seguirán “en las calles así seamos pocos, así seamos muchos y así sea Navidad”.