La orden de Estados Unidos que prohíbe a los pasajeros transportar computadoras portátiles y otros aparatos electrónicos dentro de las cabinas de algunos vuelos en el extranjero suscita preocupación en relación a un riesgo no relacionado con el terror: el potencial de que las baterías de litio de estos dispositivos se incendien en la bodega.
La Fundación de Seguridad de Vuelo de EEUU (FSF, su sigla en inglés), un grupo sin fines de lucro financiado por las líneas aéreas y otros grupos para reducir el riesgo de accidentes, emitió la semana pasada un comunicado instando a la industria a tomar medidas para no “introducir otro riesgo” por las baterías altamente inflamables que van dentro de los dispositivos, según consignó Bloomberg.
La preocupación es que a los pasajeros se les pide que coloquen los dispositivos electrónicos en las bodegas de carga justo cuando las agencias internacionales de seguridad han comenzado a prohibir los envíos masivos de baterías de litio recargables debido a la evidencia de que pueden incendiarse espontáneamente e incluso explotar.
“Es potencialmente una transferencia de riesgo consecuente”, dijo Greg Marshall, vicepresidente de Programas Globales del grupo de seguridad, en una entrevista. “Vamos a ver un gran número de estos dispositivos transportados en la bodega de carga de los aviones, que de lo contrario hubieran estado en la cabina”.
La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos registró 31 casos el año pasado en el que las baterías a base de litio se incendiaron o ardieron en los vuelos de las aerolíneas. Tres aviones de carga han sido destruidos por incendios atribuidos al menos en parte a baterías de litio, dos de los cuales fueron accidentes mortales, de acuerdo con la Junta Nacional de Seguridad del Transporte.
El Departamento de Seguridad Nacional no respondió a una solicitud de comentario sobre la declaración de la fundación de seguridad.