Por Maria Akbulyakova
Los temas internacionales volvieron al tope de la agenda de Donald Trump después de que el Ministerio de Relaciones Exteriores de China anunciara ayer que el presidente Xi Jinping se reunirá con su par estadounidense el 6 y 7 de abril, la primera confirmación oficial del esperado primer encuentro entre los líderes de las dos mayores economías mundiales.
Aunque el tema principal sería Corea del Norte, casi el único asunto internacional en que tienen visiones similares, la reunión informal –que se realizará en el complejo turístico Mar a Lago de Trump– no será relajada. Las relaciones bilaterales están frías desde hace tiempo y la temperatura bajó aún más con la llegada de Trump a la Casa Blanca, luego de que amenazara al gigante asiático con incluirlo en la lista de manipuladores de la divisa e imponer un impuesto fronterizo.
¿Manipulador o no?
Las últimas filtraciones echan más leña al fuego. Un reporte de CNBC difundido ayer señala que EEUU está “evaluando su capacidad para penalizar a los países que cree que subvaloran sus monedas”. El Departamento del Tesoro publicará el reporte el próximo mes, donde el año pasado incluyó a China bajo la “lista de vigilancia” por su gran superávit.
A su vez, un artículo del Wall Street Journal afirmó ayer que EEUU revisará esta semana la solicitud de China de ser considerada como una economía de mercado ante la OMC. Una respuesta negativa de parte de Washington permitiría al gobierno de Trump elevar las tarifas a los bienes importados desde ese país.
Según el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, los mandatarios también hablarán del reciente despliegue del escudo anti misiles estadounidense en Corea del Sur.
Amenazas de China
China, a su vez, decidió presionar con los temas de seguridad, señalando ayer que en el Mar Meridional de China “no existen” islas construidas por el hombre. “La mayoría de las construcciones son para propósitos civiles, incluyendo instalaciones defensivas necesarias”, dijo ayer el portavoz del Ministerio de Defensa, Wu Qian.
Además, señaló que el nuevo contrato de venta de armas estadounidenses no podrá detener la unificación con Taiwán. Anteriormente, los funcionarios estadounidenses dijeron que el país está evaluando un gran paquete de armamento que puede incluir sistemas avanzados de cohetes y misiles anti-navales para defenderse del gigante asiático.
Mientras tanto, los expertos están buscando lo positivo. “Es mejor juntarse más temprano que tarde, desde la perspectiva estratégica. Una pronta reunión puede ayudar (a Trump) a definir su política hacia China. Ellos discutirán los asuntos ampliamente más que entrar en detalles”, dijo a Bloomberg Ni Shixiong, profesor del Centro de Estudios Americanos Fudan en Shanghái.
Rusia en el radar
Mientras tanto, el senado de EEUU sigue con su investigación sobre la interferencia rusa en la campaña presidencial. “Estamos buscando determinar si de verdad hubo fuego, pero por ahora hay mucho, mucho humo”, dijo el senador Mark Warner.
A su vez, el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo ayer que está dispuesto a reunirse con Trump y reiteró su apoyo a los esfuerzos para combatir el terrorismo: “¿Queremos un quiebre completo en las relaciones? ¿Queremos llevar la situación a lo mismo que fue durante la crisis de los misiles cubanos en los ‘60?”