Ante una multitud llena de inversionistas nacionales y extranjeros, el presidente de Brasil, Michel Temer, aseguró que su gobierno ha sido guiado por la "responsabilidad fiscal", y en esa línea expuso que "si queremos un futuro mejor, no hay un plan B" para reducir el déficit presupuestario.
"Después de todo, la responsabilidad es rentable", dijo, a la vez que afirmó la inflación "está bajo el control de nuevo, ya por debajo del objetivo central". "Hicimos mucho en poco tiempo, y por lo tanto, Brasil volvió a crecer", concluyó el mandatario en la apertura en São Paulo del Brasil Investment Forum, acompañado por varios ministros y los presidentes de las Cámaras legislativas.
En otro punto, Temer recalcó que su compromiso con el país es "inquebrantable", razón por la que llegará al final de su mandato -el 1 de enero de 2019- con "la casa en orden", pese a la investigación que le abrió la Corte Suprema por sospechas de corrupción.
El camino a seguir, explicó, será completar las reformas económicas que se han visto paralizadas con el último terremoto político que provocaron los testimonios a la Justicia de varios ejecutivos del grupo JBS.
Estos acusaron a Temer de recibir sobornos desde 2010 y aportaron una grabación en la que el mandatario escucha en silencio, o consiente posibles delitos de corrupción. Por todo ello, la Corte Suprema abrió una investigación contra el presidente por los supuestos delitos de corrupción pasiva, obstrucción a la justicia y asociación ilícita.