El gobierno de Theresa May presentó ayer el libro blanco para el Gran Proyecto de Revocación, que pretende incorporar las leyes europeas en la legislación británica, cancelando las que ya no serán “apropiadas” después del Brexit.
Anteriormente los expertos habían advertido que combatir en dos frentes –negociaciones con la UE y cambios internos- será sumamente difícil. Así, hay 20.000 leyes europeas, de las cuales 5.000 se aplican a todos los miembros del bloque.
Facilitando la tarea
Para facilitar la tarea, el gobierno quiere entregar a los ministros poderes excepcionales para modificar cualquier ley sin consentimiento parlamentario para preparar la salida “fluida y ordenada” del país de la UE. Se estima que el Ejecutivo puede hacer hasta 1.000 correcciones.
“Considerando la magnitud de los cambios necesarios y el limitado tiempo disponible para hacerlos, hay que buscar un equilibrio entre la importancia de la supervisión y que las correcciones se hagan a tiempo”, dijo a los parlamentarios el ministro del Brexit, David Davis, al presentar el plan.
La postura de May, que subraya que los poderes serán temporales y los cambios técnicos, enfrentó ayer una fuerte oposición de los parlamentarios, que señalaron que es una “dramática transferencia de poder”. La Cámara de los Lores advirtió sobre una “masiva transferencia de la competencia legislativa” al gobierno que crea “preocupaciones constitucionales”.
Europa se prepara
Mientras que el Reino Unido se quedó solo en su tarea titánica de seguir adelante con el Brexit, Europa está reforzando lazos.
En otro intento de presionar por la unificación del bloque, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, reprochó ayer a Donald Trump.
“El nuevo presidente electo de EEUU estuvo muy feliz por el Brexit y pidió a otros países que hicieran lo mismo. Si él sigue así, yo empezaré promover la independencia de Ohio y la salida de Texas”, señaló ante los delegados de su grupo de demócratas cristianos en Malta.
A su vez, el mandataio francés, François Hollande, confirmó ayer la posición presentada anteriormente por su par Angela Merkel de que Europa no va a negociar un nuevo tratado comercial con el Reino Unido antes de acordar los términos de su salida. Pero los expertos dudan que sea posible: las conversaciones por el “acuerdo de divorcio” inevitablemente tienen que considerar la estructura de futuras relaciones.
Lloyds elige Bruselas
Mientras tanto, Lloyds, la firma británica de seguros con casi 330 años de historia, señaló que va a establecer una sede en Bruselas para poder seguir operando en Europa. Su anuncio se suma a otros similales de HSBC, Barclays, UBS, Morgan Stanley y Citigroup, lo que cuestiona el futuro de la City como principal centro financiero mundial.