Argentina dice que no le preocupan represalias por YPF, mientras crece ofensiva internacional

La crisis por YPF sigue dando que hablar. Ayer la Casa Rosada señaló que no le preocupa “ningún tipo de represalias” por la nacionalización de la petrolera. El ministro del Interior, Florencio Randazzo, dejó en claro que se trata de “un tema estratégico para la Argentina” y que “el gobierno nacional toma sus decisiones pensando en los argentinos y no en lo que piensan Estados Unidos o los españoles”, en referencia a una reunión que ayer mantuvieron los cancilleres de Washington, Hillary Clinton, y Madrid, José Manuel García-Margallo.

García-Margallo acordó con Clinton reforzar la colaboración mutua para “restablecer la legalidad internacional”. “Vamos a analizar todas las vías en las cuales sea posible colaborar juntos para reinstaurar la legalidad internacional”, comentó el funcionario luego de la reunión al margen de una cumbre ministerial de la OTAN en Bruselas donde EEUU respaldó a España. Añadió que ambos países van a analizar “en qué podemos trabajar en el Banco Mundial, en el Fondo Monetario Internacional, en el G20, en el Club de París, en cualquier otra institución en que se pueda ejercer una acción para intentar que el gobierno de Argentina rectifique”.

Por su parte, la vicepresidenta de España, Soraya Saénz de Santamaría, se reunió ayer con la vicepresidente de la Comisión Europea, Viviane Reding, quien le expresó su pleno respaldo por el caso y comprometió su ayuda a la nación ibérica. “No se puede llevar uno la propiedad de otro sin que haya un reemplazo o sustitución de dicha propiedad y vamos a ayudar a España para que resuelva este problema”, señaló la funcionaria europea.

Otros conflictos


Sin embargo, YPF es sólo la punta del iceberg. La crisis por la nacionalización de la filial alentó a otros gobiernos que mantienen disputas comerciales con Buenos Aires a reforzar su ofensiva diplomática.

Ante la desaceleración económica y el deterioro del superávit comercial, Argentina implementó durante el primer mandato de Cristina Fernández una serie de medidas para restringir las importaciones y fomentar la fabricación local, lo que ha provocado protestas de numerosos países en diversos foros.

Ayer mismo, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y su par uruguayo, José Mujica, se reunieron en Brasilia para incrementar la complementación comercial y productiva entre ambos países y analizar las trabas comerciales adoptadas por Argentina, que han afectado a ambos países.

En un caso más puntual, Brasil amenazó con represalias si Buenos Aires mantiene barreras a la carne porcina. Brasil puede dificultar la entrada de productos de Argentina en caso de que el país vecino mantenga sus restricciones, afirmó el jueves el ministro de Agricultura, Jorge Mendes Ribeiro.

El miércoles Colombia informó que envió una nota de protesta contra Argentina a la Organización Mundial de Comercio (OMC) por medidas contra la importación de algunos productos.

México, en tanto, tuvo sus propios problemas con los trasandinos, luego que Argentina bloqueara un acuerdo bilateral de libre comercio de automóviles, por lo cual los aztecas se quejaron ante la OMC.

Y las presiones también aumentan en casa. Los trabajadores del puerto de Buenos Aires realizaron ayer una protesta debido a que las restricciones a las importaciones ha provocado una caída en la actividad que causó numerosos despidos en el rubro.

La medida fue iniciada por el puerto de Buenos Aires, pero luego se sumaron las terminales de Bahía Blanca, Zárate, Rosario y Campana.




Numerosos precedentes


Hace un año, varios países, encabezados por EEUU y la UE, se quejaron en la OMC por la política argentina de retrasar las licencias no automáticas, entre ellos Perú, México, Canadá, Japón, Turquía y Suiza.

Washington además ha criticado a Buenos Aires por no pagar las compensaciones decididas por el CIADI a dos empresas norteamericanas.