Según fuentes cercanas a la investigación afirmaron que el
banco presidido por Ettore Gotti Tedeschi habría incurrido en un posible delito
contra las normativas europeas de lavado de dinero al no haber comunicado a las
autoridades italianas los nombres de dos clientes que ingresaron hace unos días
en el Instituto US$ 26,15 millones y US$ 3,9 millones, respectivamente.
El presidente del banco del Vaticano y el director general del IOR han sido declarados sospechosos por la fiscalía,
en tanto, la Santa Sede ha manifestado su "perplejidad y asombro" por
la iniciativa de la fiscalía y ha expresado la máxima confianza en ambos
dirigentes.
"Es conocida nuestra clara voluntad ya manifestada por
las autoridades de la Santa Sede de actuar con plena transparencia en lo
referido a las actuaciones financieras del IOR. Ello implica el cumplimiento de
todos los trámites destinados a prevenir el terrorismo y lavado de
capitales", señaló una nota del Vaticano recogida por el diario El País.
Según la Santa Sede, los datos necesarios sobre la operación
están ya disponibles en la oficina competente del banco de Italia.
Los posibles delitos cometidos por el IOR son contrarios al
decreto ley número 231 de 2007, aprobado por el Gobierno de Romano Prodi, que
incorpora al derecho italiano la normativa comunitaria sobre la prevención del
lavado de dinero.