El próximo mes se cumplen cinco años desde el estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos tras el colapso de Lehman Brothers y el presidente Barack Obama está abogando para que la recuperación económica que él ha liderado no genere una nueva burbuja.
A principios de mes, el mandatario habló de la necesidad de evitar lo que él llama “burbujas artificiales” en cuatro ocasiones en cinco días, a pesar de que la economía sólo está creciendo a un ritmo de 1,7% y de que el empleo y el uso de fábricas se mantienen por debajo de los máximos previos a la recesión.
“Tenemos que dar vuelta la página respecto de la mentalidad de burbuja y estallido que creó este desastre”, afirmó en su discurso radial semanal el 10 de agosto.
El día anterior, el líder demócrata manifestó que, en reemplazo de Ben Bernanke al frente de la Reserva Federal, quiere un presidente que “se asegure de que no estamos viendo burbujas artificiales”.
Al discutir el repunte en el mercado de bienes raíces el 6 de agosto, Obama sostuvo que “a medida que los precios de las viviendas suben, no podemos simplemente re-inflar otra burbuja inmobiliaria”.
La inquietud del presidente se sustenta en que, gracias a los bajos costos de endeudamiento, las compañías estadounidenses han emitido
US$ 241 mil millones en bonos basura este año, cifra que más que duplica el monto registrado en el mismo período en 2007; el uso del crédito por parte de los inversionistas para comprar acciones ha subido casi un tercio en los últimos doce meses llegando a un nuevo máximo; y los precios de las propiedades se han disparado en zonas como Las Vegas y Phoenix, según Bloomberg.
“Es una preocupación legítima desde un punto de vista económico”, expresó a Bloomberg Roberto Perli, socio de la consultora Cornerstone Macro y ex funcionario de la Fed. “Pero no creo que esté motivada por la consideración de un riesgo inminente”, agregó.
A fines de julio, Obama apuntó a la desigual distribución del ingreso como una de las causas principales de posibles burbujas.
“Cuando la riqueza se concentra en la parte superior, se pueden inflar burbujas inestables que amenazan a la economía”, aseveró.
El rol de la Reserva Federal
La Casa Blanca no es la única que ha advertido sobre los riesgos de futuras burbujas. La Reserva Federal también ha alertado sobre la especulación de precios.
Esther George, miembro con derecho a voto de la Fed, ha estado en desacuerdo con las decisiones del banco central desde enero debido a los temores de que el estímulo masivo podría alimentar el riesgo de inestabilidad financiera.
Los precios “de activos como los bonos, las tierras agrícolas y préstamos de alto rendimiento y apalancados están en niveles históricamente altos” y podrían indicar desequilibrios en el mercado, aseguró hace unos meses la presidenta de la Reserva Federal de Kansas.
Algunos republicanos y firmas como Pimco –el mayor fondo de bonos del mundo– han criticado al organismo emisor por alimentar potenciales burbujas con su relajada política crediticia y su programa de compra de activos, que ha expandido su balance a más de US$ 3,6 billones (millones de millones), desde
US$ 900 mil millones en 2008.
El mes pasado, Bernanke declaró que los funcionarios del banco central están pendientes de señales de menores estándares crediticios, como contratos más débiles, que podrían indicar desequilibrios financieros desestabilizadores.