Por María Ignacia Alvear C.
Con una fuerte oposición de los sindicatos de trabajadores el gobierno de Brasil entregó ayer en concesión sus tres principales aeropuertos Guarulhos, Viracopos y Brasilia, a empresas privadas para expandir y operar las terminales, con la esperanza de que las concesiones por 24.500 millones de reales
(US$ 14.210 millones) mejorarán las deterioradas instalaciones, todo en medio de una creciente demanda por tráfico y los preparativos para el Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.
De los once consorcios que participaron en la subasta, ocho grupos quedaron en el camino, incluyendo a las empresas españolas Aena, Ferrovial y OHL.
Los ganadores superaron los precios mínimos establecidos por el gobierno en cerca de 600%. El grupo formado por Invepar y OAS junto a la operadora de aeropuertos sudafricana ACSA se adjudicó Guarulhos por 16.200 millones de reales, una cifra casi cinco veces mayor a la establecida por la autoridad.
El aeropuerto de Viracopos quedó en manos de Aeroportos Brasil, que pagó 3.800 millones de reales. El consorcio está formado por triunfo Participações e Investimentos (45%) firma que tiene concesiones en autopistas e hidroeléctricas, UTC (45%) y la operadora francesa de aeropuertos Egis Airport Operation.
En tanto, el aeropuerto de la capital brasileña quedará en manos de Inframerica Aeroportos, divido en partes iguales entre Infravix, empresa del grupo Engevix, y la operadora de aeropuertos argentinos Corporación América, ligada al empresario local Eduardo Eurnekian. El mismo consorcio administra el aeropuerto de Sao Gonçalo do Amarante.
El banco estatal (BNDES) financiará hasta 80% de la inversión total, de acuerdo a lo previsto en el documento de licitación.
La existencia de compañías extranjeras fue una exigencia en la concesión y se pidió establecer que cada grupo tuviese un operador que hubiera transportado al menos cinco millones de pasajeros el año pasado, consigna el diario local O Globo. Además, Infraero, la autoridad nacional aeroportuaria, será socia de las concesionarias con una participación de 49% de los aeropuertos.
Otra condición es que los terminales deberán estar finalizados para el Mundial de Fútbol de 2014. En caso de que no se respete esa fecha, tendrán que pagar una multa de 150 millones de reales más 1,5 millón por cada día de atraso.
Enfoque pragmático
Las concesiones son vistas como una pequeña señal de que el gobierno comienza a tomar un enfoque más pragmático para romper los atascos que por décadas dificultaron las inversiones en infraestructura.
“Esto rompe un paradigma. Nuevas fronteras surgirán para el transporte aéreo, y la aviación contribuirá al desarrollo de Brasil como lo hizo el sistema ferrovario con EEUU”, dijo a Bloomberg Paulo Godoy, el encargado de ABDIB, la asociación que representa a las compañías que invierten en infraestructura.