“Como ex militar, Ollanta Humala es un hombre pragmático, con un sentido de misión”
El analista afirmó que el presidente electo moderó su discurso porque se dio cuenta que necesitaba recursos para financiar las demandas sociales.
- T+
- T-
Por Isabel Ramos Jeldres
Los temores de los inversionistas antes de las elecciones presidenciales en Perú “eran comprensibles, más que justificados o injustificados”, ya que el plan de gobierno original de Ollanta Humala “daba señales de una discontinuidad con un proceso que había privilegiado la inversión extranjera, la certeza política, el crecimiento, desarrollo, y procesos de integración”, afirmó a DF el director del Centro de Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Juan Emilio Cheyre.
Sin embargo, estas desconfianzas se redujeron cuando Humala se moderó y explicitó mejor su proyecto, explicó el ex Comandante en Jefe del Ejército. El cambio, acotó el experto, pasó por la necesidad de Humala de financiar las demandas de los sectores que lo apoyaron, y que se sienten excluidos del progreso del país. “El pedido que hace esa gente es una mayor protección social, mejor educación, mejor infraestructura, mejor salud y mayor protección a quienes están desempleados. La preocupación de Humala por esos sectores fue evidente en la repartición de los votos”.
- ¿Qué factores explican la moderación del discurso de Humala?
- Yo descarto que sea un oportunista que diga “a mí no me conviene parecerme a Chávez o Morales”, sino que veo tres elementos centrales. El primero es que se dio cuenta que para satisfacer las demandas de los sectores excluidos necesita recursos. Y un estudio más acucioso le indicó que para obtener esos recursos tenía que mantener las líneas gruesas del sistema donde a Perú le ha ido bien, y donde tiene la oportunidad de que le siga yendo muy bien. Segundo, se dio cuenta que debe hacer ajustes, y dar prioridad a aquellos proyectos que le permitan satisfacer las demandas de ese sector excluido. Por último, se dio cuenta de que los modelos que son nacionalistas extremos, como Venezuela o Bolivia, son modelos fracasados. El cambio no pasó por el oportunismo, sino que por contestar la pregunta ¿cómo armonizo estas fuertes demandas con los recursos necesarios para poder desarrollar obras y tomar acciones que den satisfacción a esas demandas?
- Y la respuesta apuntó hacia la inversión privada...
- Necesita inversión extranjera e inversión privada, no puede nacionalizar, porque ve que en otros países esto no produce lo que se necesita. Sucedió en Bolivia, Argentina, Venezuela, Nicaragua y Ecuador. No es la receta de aquellos a los que les va bien. Ahora, esto no descarta que vaya a haber cambios. Para desarrollar un proyecto con mayor protección social, Humala tiene espacios, sin recurrir a lo radical. Por ejemplo, tal como hizo Chile, puede aumentar los impuestos a la minería, pero de forma voluntaria, en consenso. Así obtiene mayores recursos, pero sin frenar la inversión minera, que es la más grande que hay en el mundo. También hay brechas tributarias. No se requiere un alza desmedida de impuestos, pero sí una acción que permita una mejor recaudación. Por último, puede producir una mejor gestión y administración del Estado.
Otro motivo por el cual yo creo que Humala modificó su discurso fue porque la economía peruana tiene muchos espacios para interactuar con Brasil, fundamentalmente provisionándolo de energía, pero también con Chile. Nuestro país tiene una inversión de US$ 10 mil millones en ese país, y Perú tiene una inversión aquí que puede ser creciente, de
US$ 1.800 millones. Entonces, cerrarse en una visión hacia adentro, le produce problemas y eso lo demuestra su viaje. La primera parte, orientada al Mercosur, y la segunda orientada a la Comunidad Andina.
Modelo único
- Con esta gira demostró entonces que se acerca mucho más a Lula que a Chávez...
- A mí no me gusta la comparación. Creo que Humala va a ser más parecido a Lula que a Chávez, pero yo tengo otra visión. Yo creo que Humala va a ser él, Humala va a ser Humala, ya que Perú no es Brasil. Humala además tiene una personalidad fuerte, es un hombre pragmático, que toma decisiones propias. Es un hombre que tiene sentido de misión, algo muy propio de los militares, de donde proviene. Su objetivo es dar satisfacción a quienes lo eligieron para solucionar estos problemas endémicos. Pero además, es el primer presidente de un signo de izquierda electo democráticamente. Por lo tanto, tiene que legitimar que ese tipo de gobierno puede hacerlo bien. Y en ese sentido también tiene que preocuparse de la reelección, de quien lo va a suceder.
- Eso serviría entonces como barrera para que se modere...
- Humala tiene al menos cinco barreras. La primera es la necesidad de recursos para satisfacer demandas. La segunda es la necesidad de crear pactos, porque obtuvo 47 escaños en el Congreso, a los que debe sumar al menos los 21 de Toledo, lo que da 68 de un total de 130. La tercera es la necesidad de mantener una buena relación con Brasil. La cuarta es su propio desafío de demostrar que es creíble. Necesita legitimarse democráticamente, y legitimar a su sector. La última es que Perú para el mundo está muy bien. Por lo tanto, un frenazo económico sería achacable a un mal gobierno. Y a él, como un hombre proveniente de las fuerzas armadas, no le gustan los fracasos. Él va a trabajar duro para ser exitoso.
- ¿Cuál es el escenario más probable para su gobierno?
- Descarto un status quo, pero también descarto un nacionalismo extremo. El escenario más posible es uno nacionalista, que acepta al mercado, que regula más la inversión extranjera, que aplica una carga tributaria con mayor carácter distributivo, que enfatiza la protección social, que fomenta la competencia internacional, alentando la inversión, especialmente de Brasil, y ahí a los chilenos les saldrá más competencia. A nivel internacional, no va a alinearse ideológicamente. Va a tratar de actuar como Uruguay, o como lo ha hecho Chile.