En medio de una gran expectación mundial, el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, confirmó hace unos minutos que no buscará la reelección, aunque tampoco anunció que dejará el cargo. Esto supone que el mandatario continuará en el cargo hasta los comicios en septiembre próximo.
"Eso es lo que yo juré", afirmó Mubarak, quien se comprometió a un "traspaso pacífico" del poder. En concreto, Mubarak ha indicado que reformará cinco artículos de la Constitución y suprimir un sexto para facilitar la "alternancia en el poder" y abrir la puerta al fin de la Ley de Emergencia, vigente desde 1981.
Entre las facultades que Mubarak todavía conserva figura la reforma de la Constitución, la disolución del Parlamento y la disolución del Gobierno.
Esta situación motivó la molestia inmediata de los manifestantes que se apostaron en la plaza Tahrir.
Junto con señalar que los muertos en las protestas de las últimas semanas no lo hicieron en vano, el mandatario que ha gobernado esa nación durante 30 años dijo estar “orgulloso de lo que hecho en mi país”.
En su discurso, que se extendió por cerca de 20 minutos, el mandatario dijo que trasladará sólo algunos poderes al vicepresidente Sulaiman.
Además, advirtió que no admitirá la injerencia extranjera "sin justificación".