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Ejecutivos de Wall Street consideran crisis financiera la peor desde posguerra

Más disciplina y una mayor supervisión de algunas prácticas de negocio, son las recomendaciones de los profesionales.

Por: | Publicado: Jueves 7 de agosto de 2008 a las 15:32 hrs.
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Un grupo de ejecutivos de algunas de las mayores firmas financieras en Estados Unidos señaló hoy que la crisis financiera que comenzó el pasado año "es la mas grave" desde la posguerra, y recomiendan más disciplina y supervisión de algunas prácticas de negocio.

El análisis de las causas que iniciaron las turbulencias financieras en 2007, que se han prolongado hasta el presente, está en un informe de 172 paginas que se divulgó hoy y que han preparado destacados ejecutivos de Goldman Sachs, Lehman Brothers, Bank of America, Citigroup y Morgan Stanley, entre otras entidades.

En una carta dirigida al secretario del Tesoro de EE.UU., Henry Paulson, que abre el informe, los autores señalan que son múltiples las causas y factores que han contribuido a esta crisis.

Resaltan, sin embargo, que la causa "de raíz" de los excesos de los mercados financieros es un comportamiento humano colectivo que tiende al "desenfrenado" optimismo cuando están en una fase alcista y al temor, "bordeando el pánico", cuando cambia esa tendencia.

"Es prácticamente imposible anticipar cuándo el optimismo ocasiona temor o cuándo el miedo ocasiona optimismo", afirman los autores.

Los integrantes del Counterparty Risk Management Policy Group (CRMPG), creado en abril para sugerir medidas que eviten en lo posible futuros problemas en los mercados financieros, urgen a las entidades a analizar sus políticas, sus prácticas y procedimientos con base en las recomendaciones que hacen en el informe.

Señalan, además, que es necesaria una mayor disciplina individual y colectiva y una disposición de las entidades a dejar de lado en ocasiones intereses específicos a nivel individual, "en beneficio del interés común".

Estos ejecutivos de Wall Street consideran que ello puede requerir de las firmas financieras costosas inversiones en capital humano y tecnología y cambiar prácticas de negocio que en el pasado les aportaron sustanciosos ingresos, pero "a costa de debilitar los pilares de los mercados".

Añaden, no obstante, que los costes de esas reformas "serán minúsculos" comparados con los cientos de millones de dólares de amortizaciones que las entidades han tenido que contabilizar en meses recientes, además de las distorsiones económicas que ha suscitado la crisis financiera.

Consideran que esas pérdidas por amortizaciones de activos contabilizadas por entidades financieras, en EE.UU. y Europa sobre todo, son de "asombrosas proporciones".

"Probablemente es justo decir que, a finales del verano de 2007, prácticamente nadie de nosotros habría imaginado que, en julio de 2008, las amortizaciones en el sector financiero y las provisiones por pérdidas se aproximarían a 500.000 millones de dólares", señala el documento, que asegura que esa tendencia continúa.

Resaltan, no obstante, que algunas de las entidades afectadas por la crisis disponían de unos recursos de capital relativamente sólidos, y que muchas de ellas han podido lograr más liquidez en meses recientes.

Los ejecutivos señalan que tanto en el sector privado como en el público se reconoció de forma muy tardía que entre julio y agosto de 2007 se estaba en los albores de una crisis financiera de la magnitud que luego se ha constatado.

Entre otras posibles explicaciones, aluden a la complejidad de algunos instrumentos financieros y al desconocimiento del riesgo real que entrañaban, lo que pilló a algunas entidades financieras mundiales y a sus supervisores "con la guardia baja".

Señalan también que otras turbulencias que experimentaron los mercados en los ocho o diez años anteriores se resolvieron con perjuicios limitados y sin contagiar a otros sectores.

"Esas experiencias, sin duda, generaron un falso sentido de confianza de que los problemas que emergían en el verano de 2007 se resolverían por sí mismos y con escaso o nulos daños estructurales", agregan.

Sus recomendaciones a las entidades se dirigen a que revisen con frecuencia su gestión corporativa y que dispongan de capacidad para evaluar con rapidez riesgos de activos y su posible exposición a ellos, entre otras sugerencias.

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