Por María Ignacia Alvear C.
La aprobación en el parlamento griego de las reformas exigidas por Bruselas a cambio de un segundo rescate financiero no puso fin a la incertidumbre, y la comunidad internacional aún continúa escéptica de que Grecia vaya a cumplir sus compromisos.
Y ayer los escépticos encontraron nuevas evidencias que reafirman sus dudas. El presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, decidió cancelar la reunión de los ministros de Finanzas fijada para hoy donde debían aprobar el programa de ayuda y posponerla para el lunes. La razón es que los líderes políticos griegos no han entregado aún el documento donde deben garantizar el cumplimiento de todas las reformas y no han especificado tampoco cómo pretenden cumplir su compromiso de recortar otros 325 millones de euros
(US$ 428 millones) del gasto.
“He decidido convocar a los ministros a una teleconferencia mañana (hoy) para debatir los temas pendientes y preparar la reunión del Eurogrupo del lunes 20 de febrero”, comentó Juncke.
El retraso resalta el riesgo de que Grecia será obligada a un default a gran escala el próximo mes cuando se vencen bonos por 14.500 millones de euros. Varios gobiernos de la eurozona ya parecen haber perdido la fe en que Grecia cumplirá y autoridades en Alemania, Holanda y Finlandia están más dispuestas a aceptar un default griego. “Estamos cerca del default. Alemania, Finlandia y Holanda están perdiendo la paciencia”, dijo a Financial Times una autoridad de la eurozona.
Con este escenario de fondo, el gobierno griego encabezado por el primer ministro Lucas Papademos, se reunía ayer para decidir cómo realizar el recorte de los 325 millones de euros. Según reportes iniciales, se recortaría 7% de los pagos de seguridad social primaria y otro 20% en pensiones del tramo superior pagadas por fondos especiales, como las pensiones auxiliares de los empleados de la compañía de electricidad y trabajadores de la banca. Este 20% apunta a las pensiones de más de 1.200 euros, y entregaría ahorros estimados en 100 millones de euros. El resto podría venir del presupuesto de Defensa y pensiones suplementarias, lo que ya ha generado desacuerdo en los partidos que respaldaban al gobierno de Papademos.
Recesión se profundiza
Las últimas cifras del PIB tampoco ayudaron a levantar los ánimos. Durante 2011 la economía griega se contrajo 6,8%, un punto porcentual más de lo pronosticado por el gobierno.
Si bien las cifras no están ajustadas a los efectos estacionales, la economía se ha quedado muy lejos de cumplir el objetivo previsto por la troika, de mantener la contracción del PIB en 5,5 %. “Las presiones de recesión se han intensificado a medida que el impacto de las medidas adicionales se ha sido amplificado por una alta incertidumbre en las perspectivas el país”, dijo a Bloomberg el economista del Nacional Bank of Greece, Nicholas Magginas.