La geopolítica, última pieza en el rompecabezas del riesgo financiero
Como se ve en Egipto, el conflicto y el cambio político pueden a veces erupcionar en forma brutalmente inesperada.
- T+
- T-
Por Gillian Tett
Durante los últimos cuatro años, los inversionistas globales refrescaron sus conocimientos sobre los diferentes tipos de riesgo que el mundo financiero se acostumbró a ignorar durante el siglo XXI.
Primero, en 2007, los banqueros redescubrieron el concepto de “riesgo de crédito”, cuando surgieron los problemas con las hipotecas subprime. Luego, en 2008, cuando quebró Lehman Brothers, los participantes del mercado se volvieron a familiarizar con el “riesgo de liquidez” y el “riesgo de contraparte”, o los problemas que enfrentan las instituciones cuando no se pueden financiar a si mismas, y no tienen confianza entre si. Después de eso, los inversionistas se encontraron frente al “riesgo soberano” cuando quedó claro el año pasado que los bonos emitidos por los gobiernos occidentales no siempre son una apuesta segura, aún en la eurozona.
Ahora, señaló Robert Jenkins, CEO de Combinatorics Capital, un hedge fund de Nueva York, los inversionistas se encuentran frente a la “última pieza de este rompecabezas: el riesgo geopolítico”. Más específicamente, mientras las turbulencias toman fuerza en Egipto, los mercados están recordando que el conflicto y el cambio político a veces pueden erupcionar inesperadamente en forma brutal. “Bienvenidos a la última lección de este curso para refrescar conocimientos sobre el riesgo”, comentó Jenkins.
Sin duda, es un llamado de atención para muchos inversionistas y bancos. En los últimos años, los mercados le fijaban el precio al riesgo geopolítico, en particular en el mundo emergente, con cierta complacencia. Eso se debe en parte a que, en los últimos dos años, se produjo un fuerte ingreso a los activos del mercado emergente.
Como resultado, el riesgo de default inherente a muchos bonos soberanos de mercados emergentes, medido por el mercado de seguros de crédito (Credit Default Swaps-CDS) era más bajo en lugares como Brasil y Turquía que en países periféricos de la eurozona. En realidad, antes de que los precios de los seguros de crédito sobre los bonos egipcios se duplicaran a cerca de 340 puntos básicos (antes de que el mercado se congelara totalmente), algunas métricas del mercado sugerían que Egipto era mejor lugar para invertir que, digamos, Portugal. Pero el otro tema más sutil es que la escala y complejidad de la crisis financiera occidental distrajo demasiado a muchos administradores de activos y banqueros, por lo que no prestaban atención a tendencias geopolíticas más esotéricas.
“Para ser honestos, creo que últimamente no hemos invertido todo lo que podíamos en investigación geopolítica”, admitió un alto oficial de banca en Davos la semana pasada, que bromeando agregó: “ha sido lo suficientemente difícil entender cosas como los CDO” (Collaterized Debt Obligation).
Resultado: los acontecimientos en Egipto tomaron por sorpresa a la mayoría de los inversionistas occidentales. Tanto que el director de uno de los hedge funds más grandes del mundo comparó la agitación en el Cairo con el repentino derrumbe del mercado accionario estadounidense de mayo de 2010, cuando fallaron algunos programas de operaciones algorítmicas. Las manifestaciones en Egipto podrían prolongarse durante varias semanas.
Pero la crisis, al igual que ese derrumbe del mercado de EE.UU, parecieron salir de la nada, a causa de procesos que eran opacos para la mayoría de las personas ajenas al país (En Egipto, los conocedores habían advertido sobre un potencial problema). Ambos acontecimientos revelaron los peligros de “contagio”. Lo que asustó a los mercados durante mayo de 2010 fue tomar conciencia de que nadie comprendía las complejas interacciones en las finanzas modernas. Por el momento, muchos inversionistas todavía se muestran dispuestos a apostar a que predominará esa “contención”. Si bien el mercado egipcio cayó cerca de 14% con las primeras manifestaciones, los mercados occidentales esta semana registraron alzas.
Lo que está claro es que los analistas de riesgo ahora están repensando la forma de mirar al mundo, y los expertos en riesgo geopolítico están viendo mucha más demanda de sus servicios. Este nuevo interés en el riesgo geopolítico no gira simplemente en torno al mundo árabe. Tal como lo vio un consultor especializado en riesgo la semana pasada en Davos, los inversionistas están reconsiderando los supuestos sobre las democracias occidentales aparentemente “estables”, donde la reciente crisis financiera creó algunos horrendos desafíos fiscales para el largo plazo. Este curso acelerado podría aún no haber terminado.