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Parte búsqueda de fuentes de crudo de alta calidad
Por: | Publicado: Jueves 24 de febrero de 2011 a las 05:00 hrs.
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Por Gregory Meyer
La crisis en Libia está deteniendo la producción de parte del petróleo más solicitado del mundo.
Los yacimientos bajo su paisaje desierto contienen crudos que se refinan fácilmente en diésel y gasolina y son bajos en sulfuros, por lo que su combustión es más limpia. OPEP, el cartel de países petroleros al que pertenece Libia, tiene capacidad ociosa para reemplazar la producción perdida del país - pero la calidad en general es inferior.
“Libia es un productor de crudo ligero, dulce”, dice Andy Lipow, presidente de Lipow Oil Associates, una consultora de Houston. “La capacidad ociosa entre los miembros de OPEP es de crudo pesado, alto en sulfuros”.
Esto significa que una detención prolongada, extendida, de la producción libia, podría hacer que las empresas hicieran más que sólo reemplazar los barriles perdidos. Tendrían que encontrar barriles de calidad equivalente en Argelia, Nigeria, la región del Caspio o el mar del Norte. La demanda podría hacer subir aún más los precios para los tipos de petróleo de alta calidad que sostienen los contratos de referencia de futuros de petróleo y reducir la producción de combustibles de refinerías incapaces de pagarlos.
Los problemas llegan en un momento inconveniente. La sed del mundo por el petróleo es especialmente fuerte en diésel y otros estilados, que según estimaciones de JPMorgan representarán más de la mitad del crecimiento global de la demanda este año. Los crudos ligeros rinden más diésel por barril que los pesados.
Los reguladores ambientales también están limitando el uso de combustibles sulfurosos para combatir la contaminación ambiental, impulsando la demanda por crudos bajos en sulfuro o “dulces”. Este año, Europa limitó el contenido de sulfuros en los combustibles para ciertas maquinarias y en vías fluviales internas, y en 2012 expandirá las restricciones a los trenes, según la Agencia Internacional de la Energía. Hay tendencias similares en Estados Unidos.
Antes de la crisis, Libia producía unos 1,6 millones de barriles de petróleo al día, o 1,4% de la producción global de crudo. Al menos la mitad de su producción estaba paralizada ayer.
Arabia Saudita, custodio de facto de la capacidad ociosa efectiva de 4,7 mbd de OPEP, llenará cualquier escasez, dijo el ministro del petróleo, Ali Naimi, esta semana. Pero su crudo es un mal sustituto para el de Libia. Algunos analistas ya están haciendo comparaciones con 2008, cuando la falta de crudos ligeros ayudó a enviar al Brent y al WTI sobre US$ 147 por barril. “El crecimiento en la demanda global del diésel, combinado con regulaciones ambientales más duras, pondrán más presión sobre la demanda y los precios para los crudos ligeros”, dijo el economista Philip Verleger. “Esto podría ser una repetición de 2008”.
Otros advierten que la situación es en muchos modos diferentes de 2008. Las refinerías han invertido mucho desde entonces para convertir petróleos pesados en productos livianos. Pero en tiempos de temor, las empresas tienden a aumentar sus inventarios. Lawrence Eagles, jefe de investigación petrolera en JPMorgan, dice “Este tipo de incertidumbre eleva la demanda para inventarios”.
La crisis en Libia está deteniendo la producción de parte del petróleo más solicitado del mundo.
Los yacimientos bajo su paisaje desierto contienen crudos que se refinan fácilmente en diésel y gasolina y son bajos en sulfuros, por lo que su combustión es más limpia. OPEP, el cartel de países petroleros al que pertenece Libia, tiene capacidad ociosa para reemplazar la producción perdida del país - pero la calidad en general es inferior.
“Libia es un productor de crudo ligero, dulce”, dice Andy Lipow, presidente de Lipow Oil Associates, una consultora de Houston. “La capacidad ociosa entre los miembros de OPEP es de crudo pesado, alto en sulfuros”.
Esto significa que una detención prolongada, extendida, de la producción libia, podría hacer que las empresas hicieran más que sólo reemplazar los barriles perdidos. Tendrían que encontrar barriles de calidad equivalente en Argelia, Nigeria, la región del Caspio o el mar del Norte. La demanda podría hacer subir aún más los precios para los tipos de petróleo de alta calidad que sostienen los contratos de referencia de futuros de petróleo y reducir la producción de combustibles de refinerías incapaces de pagarlos.
Los problemas llegan en un momento inconveniente. La sed del mundo por el petróleo es especialmente fuerte en diésel y otros estilados, que según estimaciones de JPMorgan representarán más de la mitad del crecimiento global de la demanda este año. Los crudos ligeros rinden más diésel por barril que los pesados.
Los reguladores ambientales también están limitando el uso de combustibles sulfurosos para combatir la contaminación ambiental, impulsando la demanda por crudos bajos en sulfuro o “dulces”. Este año, Europa limitó el contenido de sulfuros en los combustibles para ciertas maquinarias y en vías fluviales internas, y en 2012 expandirá las restricciones a los trenes, según la Agencia Internacional de la Energía. Hay tendencias similares en Estados Unidos.
Antes de la crisis, Libia producía unos 1,6 millones de barriles de petróleo al día, o 1,4% de la producción global de crudo. Al menos la mitad de su producción estaba paralizada ayer.
Arabia Saudita, custodio de facto de la capacidad ociosa efectiva de 4,7 mbd de OPEP, llenará cualquier escasez, dijo el ministro del petróleo, Ali Naimi, esta semana. Pero su crudo es un mal sustituto para el de Libia. Algunos analistas ya están haciendo comparaciones con 2008, cuando la falta de crudos ligeros ayudó a enviar al Brent y al WTI sobre US$ 147 por barril. “El crecimiento en la demanda global del diésel, combinado con regulaciones ambientales más duras, pondrán más presión sobre la demanda y los precios para los crudos ligeros”, dijo el economista Philip Verleger. “Esto podría ser una repetición de 2008”.
Otros advierten que la situación es en muchos modos diferentes de 2008. Las refinerías han invertido mucho desde entonces para convertir petróleos pesados en productos livianos. Pero en tiempos de temor, las empresas tienden a aumentar sus inventarios. Lawrence Eagles, jefe de investigación petrolera en JPMorgan, dice “Este tipo de incertidumbre eleva la demanda para inventarios”.