Personal de Banco Mundial se revela contra reestructuración

A Jim Yong Kim, presidente del Banco Mundial, le gustaría centrarse en el objetivo de la entidad de acabar con la pobreza extrema para el año 2030 o acelerar la respuesta mundial a la epidemia de ébola en África occidental. Pero mientras que los principales funcionarios financieros del mundo se reúnen en Washington esta semana para la reunión anual del banco, él está siendo obstaculizado por una prolongada revuelta de su personal debido a un plan de reestructuración del que incluso él mismo confiesa estar harto.

En una reunión convocada apresuradamente con el personal, Kim trató de acabar con el motín anunciando que el jefe de finanzas del banco había aceptado renunciar a un bono anual de casi US$ 95.000.

El bono se ha convertido en el último punto de fricción de la ira del personal frente a la reorganización radical de Kim, que tiene como objetivo ahorrar US$ 400 millones. En la reunión del martes, Kim tuvo que hacer frente a preguntas respecto de la preocupación del personal que reclama por una moral que se hunde, más estratos de gestión y una cultura de tacañería que ha surgido como resultado de la reestructuración.

"Usted puede estar de acuerdo en todo lo que quiera en la reunión anual, pero si no estamos aquí para poner en práctica lo que usted decide, nada va a pasar", dijo un miembro del personal a Kim. "Esto [la reestructuración] está afectando a todo", señaló. "No podemos hacer negocios. No tenemos el presupuesto. Es un desastre, la gestión". Otro miembro del personal se quejó de que la nueva política en los presupuestos de los viajes estaba haciendo que los trabajadores tuvieran que pagarse sus propios desayunos. Kim dijo que eran cambios necesarios en la estructura del banco, incluyendo el basar sus operaciones en grupos de especialistas mundiales en lugar de oficinas regionales. Pero también expresó su frustración con lo que se ha convertido en un ejercicio interminable.

Sólo alrededor de la mitad de los US$ 400 millones en ahorros previstos se han concretado, de acuerdo con funcionarios del banco. Esto ha planteado la posibilidad de recortes de personal y otros cambios que han conducido a una mayor ansiedad entre los empleados. "Estamos implementando cambios fundamentales en nuestro modelo de prestación de desarrollo para estar en forma para el propósito de enfrentar los desafíos más urgentes", dijo el Banco Mundial.

El proceso de reestructuración se inició a principios de 2013, con Kim trayendo gurús de la gestión y celebridades, entre ellos el ex primer ministro británico Tony Blair para discutir cómo proceder. También contrató a McKinsey, la consultora, para llevar a cabo una "evaluación de la salud de la organización" y a las consultoras Deloitte y Booz Allen para examinar las finanzas del banco, con un costo total de US$ 12.500 millones.