El impuesto sobre las emisiones de carbono continúa generando tensiones en la industria de la aviación. Están acrecentándose los temores de que su aplicación dé inicio a una guerra comercial que perjudique los acuerdos de contratos de compra, lo que además podría afectar a la crisis de deuda soberana, ya que China, uno de los países que más se opone al tributo, retrasaría órdenes de aeronaves y amenazó con no entregar ayuda financiera a la eurozona, como alguna vez lo sugirió.
El director ejecutivo de Airbus, Tom Enders, dijo que le preocupaba cada vez más el potencial caos si no se distendían las tensiones.
“Estoy muy preocupado por las consecuencias. Lo que empezó como una solución para el medioambiente se ha convertido en una fuente de potencial conflicto comercial y debería ser una preocupación para todos nosotros”, comentó ayer durante una conferencia sobre aviación en la Feria Aérea en Singapur.
La semana pasada, China prohibió que sus aerolíneas que se unan al ETS sin su permiso, y amenazó con tomar medidas no especificadas para defenderse contra el esquema, que aplica cargos para las emisiones de carbono sobre vuelos dentro y fuera de Europa. Esta decisión podría traer consecuencias importantes para la industria.
El país asiático es un mercado estratégico para los dos mayores fabricantes de aviones, Boeing y Airbus. El año pasado China postergó la firma final de un acuerdo por de A380 superjumbos, por un valor de US$ 4.000 millones para Hong Kong Airlines, en señal de su disgusto por los planes de la Unión Europea (UE).
Además, esta polémica ocurre justo antes de que se realice una cumbre entre China y la UE hoy en Beijing. La Unión espera que China colabore con parte de sus reservas de divisas para ayudar a la eurozona a enfrentar su crisis de deuda, pero es probable que este escenario cambie y China decida, en represalia, no prestar ayuda financiera.
Bruselas se excede
Los gobiernos fuera de la UE dicen que Bruselas está excediendo su jurisdicción legal al calcular el costo del carbono sobre el tramo completo, no sólo dentro de Europa.
Andrew Herdman, director general de la Asociación de Aerolíneas de Asia Pacífico, dijo que cualquier política europea que aleje a EEUU, China, Rusia, India y a otros treinta países “simplemente no va a funcionar”.
Algunas aerolíneas europeas también han mostrado preocupación, ya que los gobiernos extranjeros podrían penalizarlas por el programa.
La aerolínea escandinava SAS dijo que había un riesgo de represalias en contra de las líneas aéreas europeas a través de la limitación de los derechos de tráfico o nuevos impuestos y cargos.
En tanto, el comisionado de Transporte de la UE, Siim Kallas, reconoció la creciente oposición al esquema, y dijo que estaba dispuesto a ser flexible en encontrar una solución, pero que el bloque de 27 naciones no cedería ante la presión de suspender el esquema.