Por Sharlene Goff y George Parker
George Osborne, el ministro de Hacienda británico, desestimó advertencias de grandes bancos del Reino Unido de que podrían abandonar Londres para favorecer otros centros financieros, argumentando que la regulación más estricta no dañará la competitividad de la City.
El ministro se preguntó a dónde irían los bancos dado el creciente nivel de regulación alrededor del mundo.
“El Reino Unido es el centro mejor regulado para un banco universal”, dijo. Mirando a “otros centros financieros, EEUU tiene la ley Dodd Frank, la eurozona tiene el impuesto a las transacciones financieras y Asia tiene conflictos políticos. El Reino Unido es un lugar fantástico para estar ubicado.
Sin embargo, admitió que le gustaría que los servicios financieros representaran una parte más pequeña de la economía británica. Aunque insistió que no estaba “bajando” los servicios financieros, Osborne dijo que quería que otras industria, como la manufactura, crecieran más rápido para que la City pasara a ser un “tamaño menor de la torta”.
En diciembre, el ministro se comprometió a implementar el paquete completo de reformar propuesto por la comisión independiente de John Vickens sobre la banca, que obligará a los bancos a “cercar” sus operaciones de retail y de pequeñas empresas y reforzarlas con una capa adicional de capital.
Osborne rechazó las sugerencias que de los cambios elevarían el precios de los préstamos para individuos y empresas, diciendo que había otras maneras de absorver los costos. “Los bancos podrían reducir (gran sorpresa) su paquete de remuneraciones”, dijo en broma.
El ministro reiteró los llamados a bancos, particularmente el Royal Bank of Scotland, que es propiedad en 83% del contribuyente, a reducir sus pagos de bonos dado el frágil estado de la economía.
Él dijo que el Banco de Inglaterra había dejado claro que los bancos no debieran pagar bonos si necesitaban levantar capital y dijo que el regulador de la City estaba visitando cada banco para revisar si estaban cumpliendo con esas demandas.
No obstante, admitió que el gobierno no sería capaz de ponerse en el medio de un bono potencial de una vez de más de 4 millones de libras esterlinas para el directorio del negocio de inversión bancaria de RBS, que aclaró estaba fijado por el gobierno anterior.
Sus comentarios llegan cuando RBS ser prepara hoy día para establecer planes radicales para disminuir por la mitad su banca de inversión a medida que se enfoca en el retail y operaciones comerciales.