La economía de Japón se desaceleró más de lo pronosticado en el segundo trimestre, debido a que las empresas redujeron la inversión, socavando las alzas en el gasto de los consumidores y del gobierno que ayudaron a reducir las presiones deflacionarias.

El Producto Interno Bruto subió un anualizado 2,6% respecto de los tres meses previos, cuando se elevó 3,8%, informó la oficina del gabinete ayer en Tokio. La cifra se ubicó por debajo de las expectativas de los analistas encuestados por Bloomberg, que esperan una expansión de 3,6%.
El reporte se suma al debate de si la recuperación de Japón es lo suficientemente fuerte como para resistir el alza de 3 puntos porcentuales al impuesto a las ventas que el primer ministro Shinzo Abe aplicaría en abril. Actualmente, el tributo es de 5%.
Uno de los prerequisitos para la adopción de esta medida es, justamente, un crecimiento robusto. Pese a que los consumidores siguen impulsando la recuperación, las empresas no se han comprometido aún con el proyecto Abenomics, recortando el gasto de capital por sexto trimestre consecutivo.
“Los opositores obtendrán impulso para intentar evitar el alza del impuesto a las ventas, mientras que los políticos que lo apoyan reforzarán su argumento destacando el positivo gasto de los consumidores y el dato de precios”, dijo a Bloomberg el economista jefe de Dai-ichi Life, Hideo Kumano, quien antes trabajó en el Banco de Japón. Aparte de este debate, el dato muestra que “la economía está haciendo un avance en combatir la deflación”, agregó.
Quienes apoyan la medida argumentan que es esencial para estabilizar la deuda fiscal del país, que es equivalente a dos años y medio de PIB. Los que se oponen temen que el alza descarrile la recuperación.
Es probable que Abe tome su decisión final sobre el alza de impuesto después de una revisión el 9 de septiembre. Si decide seguir adelante con la medida, es probable que equilibre el aumento con un nuevo paquete de estímulo.
Control de la deflación
“Los números continúan siendo buenos en términos de criterio para decidir” si elevar el impuesto a las ventas, dijo el ministro de Economía, Akira Amari, después de la divulgación del dato.
“Al usar todas las medidas disponibles, incluyendo el sistema tributario, el presupuesto y medidas financieras, espera que el gasto de capital se expanda”, acotó.
El informe de ayer mostró evidencia de que los esfuerzos del nuevo gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, están comenzando a dar frutos en la lucha contra la deflación.
El deflactor del PIB, una medida amplia de los precios en la economía, bajó 0,3% entre abril y junio, frente al año anterior, la menor caída desde el tercer trimestre de 2009.
La expansión nominal, en tanto, superó al crecimiento real por primera vez desde el primer trimestre de 2012.
Este giro “señala que Japón está finalmente convirtiéndose en una economía normal”, dijo a Bloomberg el economista jefe de Societe General Securities, Takuji Aida.
“Pese a ello, es demasiado pronto para decir si esta tendencia será sostenida a medida que factores temporales del gasto del gobierno y un yen debilitado por el alivio monetario son razones clave para impulsar la economía”, agregó.