El presidente de Tokyo Electric Power (TEPCO), Tsunehisa Katsumata, dijo hoy que no desea que la compañía sea nacionalizada, como abogan algunos miembros del Gobierno japonés, para afrontar la carga de la crisis de Fukushima.
En rueda de prensa, Katsumata aseguró que la compañía, la primera eléctrica de Japón, "quiere seguir siendo privada" y dialogará con el Gobierno japonés con este fin, informó el diario Nikkei.
Katsumata se hizo hoy cargo de la compañía de forma temporal en sustitución de su actual presidente ejecutivo, Masataka Shimizu, quien tuvo que ser hospitalizado ayer en Tokio a causa de una elevada presión arterial y mareos.
El periódico japonés Yomiuri indicó la víspera que el Gobierno de Japón baraja la nacionalización de TEPCO para hacer frente al alto coste derivado de los problemas en la central de Fukushima Daiichi, que ha afectado al medio de vida de decenas de miles de personas dentro y fuera del radio de evacuación de 20 kilómetros de la planta.
El ministro de Estrategia de Japón, Koichiro Gemba, dijo el martes que la nacionalización de TEPCO, la primera eléctrica nipona, es una posible opción, aunque el portavoz del Gobierno, Yukio Edano, lo ha descartado de momento.
Katsumata dijo que hoy que la compañía prepara compensaciones de acuerdo con la ley por los daños causado por las filtraciones de la central nuclear de Fukushima.
Asimismo, el directivo pidió perdón porque TEPCO no ha conseguido frenar las filtraciones radiactivas y por la ansiedad causada por los problemas en la central, que aún no se sabe cuándo acabarán.
Katsumata dijo que los reactores 1, 2, 3 y 4, de los seis que tiene la central de Fukushima Daiichi, serán desmantelados, sin detallar el futuro de las unidades 5 y 6.
No obstante, Edano sugirió hoy en rueda de prensa que se desmantelen todos los reactores de la central de Fukushima por las "circunstancias sociales. Es mi percepción", añadió.
El Gobierno japonés ya había anunciado que la planta de Fukushima Daiichi, que abastece de electricidad a gran parte de la zona metropolitana de Tokio, tendrá que cerrar una vez se controle la actual crisis.