La crisis internacional está cambiando la estructura de las empresas, también en América Latina, a pesar de los tiempos de bonanza que vive la región. Según una encuesta realizada por KPMG a directivos de 200 grandes compañías latinoamericanas –a la que tuvo acceso Expansión–, el 40% de las empresas ha previsto cambios a corto plazo en sus estructuras internas con el objetivo de potenciar sus departamentos fiscales, reducir costos e incrementar su eficacia en los próximos años.
Se trata, según el estudio, de “incrementar el valor del Área Fiscal, así como reforzar su perfil, notoriedad e influencia dentro de la compañías y externalizar servicios rutinarios que consumen mucho tiempo”.
Son cambios que llegan propiciados por la crisis global que está afectando a buena parte de las economías desarrolladas: “los directorios son conscientes de los beneficios que conlleva alinear la estrategia fiscal con la actual situación de la economía global”, explica KPMG en el informe, denominado Future Focus: Tax and Transformation in Iberoamerica´s New Business Reality.
El estudio también se hace eco del mayor peso que los departamentos de fiscalidad han ido ganando durante los últimos años en el seno de las compañías latinoamericanas. Así, nueve de cada diez de los empresarios que respondieron las preguntas de KPMG en Brasil, Chile, México y Argentina, asegura que la estrategia fiscal de su compañía cuenta con el total beneplácito del directorio.
Ello indica el alto grado de implicación de las direcciones de las compañías en el diseño de la estrategia fiscal, que deriva en una mayor alineación entre la estrategia global del negocio y la planificación fiscal, que aumentó desde el 91% contabilizado en 2009 hasta el 97% de 2012.