La OCDE reconoció hoy que el mundo, y en
particular los países desarrollados, viven ahora la mayor recesión
en décadas, al revisar severamente a la baja sus previsiones
económicas para este año y el próximo, pero insistió en que no tiene
comparación con la gran depresión de los años de 1930.
El economista jefe de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE), Klaus Schmidt-Hebbel, destacó que
ninguno de sus países miembros escapará en 2009 a la recesión, una
circunstancia que "no tiene precedentes", y supondrá una caída de la
producción en esta zona del 4,3%.
La recesión en esos 30 Estados, mucho más pronunciada que el 0,3%
estimado en noviembre pasado por la institución, será seguida por
una situación de práctico estancamiento (-0,1%) en 2010, indicó
Schmidt-Hebbel, al presentar a la prensa unas nuevas perspectivas en
vísperas de la cumbre del G20 en Londres.
De los grandes países de la OCDE, las peores estadísticas son las
de Japón, con un bajón de su Producto Interior Bruto (PIB) del 6,6%
este año y del 0,5% en 2010.
Estados Unidos caerá un 4% en 2009 y se mantendrá estancado en
2010, mientras la zona euro tendrá un comportamiento ligeramente más
desfavorable, con descensos de la producción del 4,1% y del 0,3%
respectivamente.
La crisis está teniendo consecuencias directas en términos de
pérdidas de empleo, y así la OCDE espera que la tasa de desempleo en sus
miembros pase del 6% de media en 2008 al 8,4% este ejercicio y al
9,9% en el próximo.
Una de las principales razones de esta revisión a la baja de las
previsiones es porque no se había imaginado que las principales
economías emergentes se verían tan afectadas por la crisis, lo que
se traducirá en una caída en 2009 de la actividad mundial del 2,75%,
antes de recuperar un 1,25% en 2010, añadió.
El economista jefe de la OCDE trató de quitar dramatismo al
puntualizar que "estamos lejos" de una "gran depresión" como la que
sacudió al mundo en los años treinta, y eso por "la calidad e
intensidad de las medidas que toman actualmente los gobiernos" y
porque entonces se cometieron "terribles errores".
Se refirió, por ejemplo, a la acción de los principales bancos
centrales, y dijo que los tipos de interés deben situarse en un
nivel próximo a cero durante un tiempo.