El inédito ataque de Israel contra la capital de Qatar este martes golpeó los esfuerzos respaldados por Estados Unidos para normalizar los lazos con las naciones árabes del Golfo y posiblemente paralizó las conversaciones de alto el fuego en Gaza.
La ofensiva, dirigida a líderes de Hamas en territorio de un aliado de EEUU, es una escalada de la postura beligerante de Israel en el último año, en el que ha llevado a cabo bombardeos en Siria, Líbano e Irán.
Los países vecinos del Golfo quedaron consternados por el ataque contra Doha, que alberga la mayor base militar estadounidense en Medio Oriente y uno de los mayores fondos soberanos del mundo.
Emiratos Árabes Unidos, que normalizó lazos con Israel hace cinco años bajo los Acuerdos de Abraham negociados por el Presidente estadounidense, Donald Trump, advirtió a Israel que sus acciones tendrían “repercusiones extremadamente peligrosas” para la seguridad regional. Arabia Saudita, presionada por Washington para sumarse a los acuerdos, calificó el ataque de “acto criminal”. Qatar, por su parte, lo tachó de “flagrante violación de todas las leyes y normas internacionales”.

Este martes el ejército israelí ordenó la evacuación generalizada de Gaza, mientras avanza con un plan para tomar el control de la franja.
“La normalización está muerta”, dijo Dina Esfandiary, analista jefa de Geoeconomía de Medio Oriente en Bloomberg Economics. “No hay posibilidad de más avances con los árabes del Golfo, y en particular con Arabia Saudita, después de que uno de los suyos haya sido atacado”.
A diferencia de otros Estados golpeados por Israel en el último año, Qatar es un país próspero protegido por EEUU como aliado principal extra-OTAN. Cuando Trump visitó Doha en mayo durante una gira regional, colmó de elogios al emir Sheikh Tamim bin Hamad Al Thani. En esa ocasión, Qatar ofreció al Presidente un jet Boeing de US$ 400 millones y prometió inversiones por US$ 500 mil millones en EEUU a través de la Qatar Investment Authority.
La Casa Blanca dijo haber sido notificada del ataque poco antes de que ocurriera, pero el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que su país actuó en solitario.
“Los estados del Golfo deben impulsar con firmeza un orden regional propio mientras responden al ataque contra Qatar, antes de convertirse en otro peón en manos de los israelíes. EEUU simplemente no es garante”, dijo Bader Al-Saif, profesor asistente de la Universidad de Kuwait y miembro asociado de Chatham House. “Si su apoyo no es evidente en momentos de necesidad, ese rol y presencia deben ser cuestionados”.
Jonathan Panikoff, exsubdirector nacional de inteligencia de EEUU para Medio Oriente, señaló que el ataque “reforzará fundamentalmente la visión actual en el mundo árabe de que Israel actúa con impunidad y que Israel, no Irán, es la mayor fuerza desestabilizadora de la región”.
Mediador de cese al fuego
Hamas, la organización respaldada por Irán, tuvo que abandonar Siria tras el estallido de la guerra civil en 2011, y Qatar aceptó acoger a sus líderes con lo que muchos creyeron era aprobación de EEUU e Israel en ese momento.
Uno de los motivos de esa decisión fue contener la influencia iraní sobre el grupo y mantener la comunicación.
La capital catarí fue sede de las negociaciones indirectas entre el grupo militante e Israel durante la guerra en Gaza, desencadenada por el ataque de Hamas en octubre de 2023 que dejó 1.200 israelíes muertos y desde entonces ha causado más de 64 mil palestinos fallecidos, según el Ministerio de Salud controlado por Hamas en el enclave.
Pero las negociaciones de alto el fuego están ahora condenadas, dijo Ted Singer, exjefe de operaciones para Medio Oriente de la Agencia Central de Inteligencia de EEUU. “Esto claramente pone fin a cualquier papel de Qatar como mediador”, afirmó. “Otros países como Turquía, donde viven y trabajan líderes de Hamas, probablemente están en máxima alerta. El ataque sienta un precedente: atacar una capital mediadora para alcanzar a participantes en una negociación de cese al fuego”.
Se cree que decenas de funcionarios de Hamas residen en Estambul y Ankara, según personas familiarizadas con el asunto. Es muy poco probable que Israel ataque dentro de Turquía dado el riesgo de una respuesta militar, añadieron esas personas, que hablaron bajo condición de anonimato para tratar temas delicados.
Turquía dijo que el ataque reflejaba la “adopción del terrorismo como política de Estado” por parte de Israel.
“El umbral para atacar a funcionarios de Hamas en Turquía será más alto que en Qatar, dado el riesgo de provocar una confrontación directa con Ankara”, dijo Torbjorn Soltvedt, analista en la consultora de riesgos Verisk Maplecroft. “Pero con un creciente número de fricciones entre Israel y Turquía, el riesgo de que se abra otra gran falla geopolítica regional va en aumento”.