L. Abboud y S. White en París
El presidente francés Emmanuel Macron nombró al ministro de Defensa, Sébastien Lecornu, como su nuevo primer ministro, recurriendo a uno de sus aliados más cercanos para intentar contener la agitación política en el país.
Macron actuó con rapidez después de que el saliente premier François Bayrou fuera destituido el lunes en una moción de censura en el Parlamento, debido a su plan para reducir el déficit de Francia con un paquete de aumentos de impuestos y recortes de gasto por 44 mil millones de euros.
Lecornu, de 39 años, es el único ministro que ha servido de forma continua en todos los gobiernos de Macron desde su primera elección en 2017.
Exreservista del ejército y político de carrera, Lecornu es el ministro de Defensa más joven en la historia de Francia y ha desempeñado un papel clave en los esfuerzos de Macron por reforzar el poder militar y responder a la guerra de Rusia en Ucrania.
Lecornu, que provenía del partido conservador Les Républicains antes de unir fuerzas con Macron, necesitará construir puentes con los partidos de oposición si su gobierno minoritario quiere lograr su principal prioridad: aprobar un presupuesto para 2026.
El Palacio del Elíseo señaló que Macron encomendó a Lecornu “consultar con las fuerzas políticas representadas en el Parlamento con miras a adoptar un presupuesto para el país y construir los acuerdos necesarios para las decisiones de los próximos meses”.
Añadió que Lecornu no formará gobierno hasta que concluyan dichas conversaciones.
Su nombramiento como primer ministro no cambia la dinámica del Parlamento dividido de Francia, donde la alianza centrista de Macron es vulnerable a los ataques de partidos de oposición que van desde una agresiva extrema izquierda hasta la imprevisible extrema derecha de Marine Le Pen.
Se espera que Lecornu tenga que suavizar el paquete fiscal de 44 mil millones de euros de Bayrou si quiere conseguir la aprobación parlamentaria.
Días claves
“La acción del primer ministro estará guiada por la defensa de nuestra independencia y nuestro poder, al servicio de los franceses y de la estabilidad política e institucional para la unidad de nuestro país”, afirmó Macron.
Le Pen advirtió a Lecornu que su partido, el Rassemblement National, no lo apoyará sin concesiones en materia presupuestaria.
“Juzgaremos al nuevo primer ministro —sin ilusiones— en función de su historial, sus acciones, sus decisiones políticas para dotar a Francia de un presupuesto, y siempre frente a nuestras líneas rojas”, dijo.
El bloque clave en el Parlamento seguirá siendo probablemente el Partido Socialista, que tiene 66 escaños de los 577 en la Asamblea Nacional.
Bayrou, que duró nueve meses como primer ministro, intentó —sin éxito— ganarse el apoyo tácito de los socialistas, quienes se indignaron con sus propuestas presupuestarias, como eliminar dos días festivos nacionales y congelar el gasto público durante un año.
Los socialistas afirmaron que Macron estaba “asumiendo el riesgo de un malestar social legítimo y de una parálisis institucional” al elegir a Lecornu.
“Emmanuel Macron persiste en un camino en el que ningún socialista participará… sin justicia social, fiscal y ambiental, sin medidas para impulsar el poder adquisitivo, las mismas causas producirán los mismos efectos”, añadieron.
El nombramiento de Lecornu coincide con la preparación de Francia para nuevas protestas callejeras y huelgas el miércoles por la perspectiva de recortes de gasto.
Los organizadores han amenazado con interrumpir centros de transporte y otra infraestructura clave, y se espera el despliegue de 800 mil agentes de policía.