El presidente Donald Trump extendió por 90 días más la suspensión de los elevados aranceles a productos chinos, estabilizando así las relaciones comerciales entre las dos mayores economías del mundo.
Trump firmó una orden prolongando la tregua, según una persona familiarizada con el asunto. El acuerdo, que contemplaba que EEUU y China redujeran los aumentos arancelarios recíprocos y flexibilizaran las restricciones a la exportación de imanes de tierras raras y ciertas tecnologías, vencía este martes.
Negociadores de ambos países habían alcanzado un acuerdo preliminar para mantener el arreglo el mes pasado en Suecia, y los asesores del presidente se mostraban optimistas respecto de su aprobación.
La Casa Blanca no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios. Trump, consultado por periodistas este lunes más temprano sobre si extendería el acuerdo, evitó dar una respuesta directa. CNBC informó antes sobre la firma.
La extensión reduce los temores de una renovada guerra arancelaria que podría sofocar el comercio entre EEUU y China. Una escalada entre Washington y Beijing a comienzos de este año sacudió los mercados financieros globales.
También da más tiempo para abordar otros temas no resueltos, como los aranceles ligados al tráfico de fentanilo que Trump ha impuesto a Beijing, las preocupaciones estadounidenses sobre la compra china de petróleo ruso e iraní sancionado, y las diferencias sobre las operaciones de empresas estadounidenses en China.
La prórroga podría además allanar el camino para que Trump visite China y se reúna con el presidente Xi Jinping a fines de octubre, en el marco de una reunión internacional en Corea del Sur a la que el mandatario estadounidense probablemente asistirá.
Trump elevó los aranceles a productos chinos a comienzos de este año, y Beijing respondió con medidas similares. Los aranceles estadounidenses sobre importaciones chinas llegaron a 145%, y China restringió el acceso a imanes clave para los fabricantes de EEUU. En mayo, ambas partes acordaron una tregua de 90 días, bajo la cual EEUU redujo los aranceles a 30%, mientras que Beijing bajó sus gravámenes a productos estadounidenses a 10% y aceptó reanudar las exportaciones de tierras raras.
La disposición de Trump a negociar con China avivó las preocupaciones entre sectores de seguridad nacional que temen que el presidente no adopte una postura firme frente al principal rival geopolítico de EEUU. Nvidia y Advanced Micro Devices llegaron a acuerdos con la administración Trump para obtener licencias de exportación, comprometiéndose a pagar 15% de sus ingresos por ventas de chips de IA a China al gobierno de EEUU.
Trump también expresó este lunes apertura a permitir que Nvidia venda a China una versión limitada de su chip de IA más avanzado, al declarar: “Es posible que haga un acuerdo”.
Con el plazo por vencer, Trump pidió el domingo a Beijing que cuadruplicara sus compras de soya estadounidense, medida que —según dijo— ayudaría a reducir el déficit comercial de EEUU con China.
La decisión de extender la tregua se produce tras dos días de conversaciones en Estocolmo en julio, lideradas por el secretario del Tesoro de EEUU, Scott Bessent, y el vice primer ministro chino, He Lifeng, en la tercera ronda de negociaciones entre Washington y Beijing en menos de tres meses.
Aunque funcionarios chinos y el periódico oficial del Partido Comunista expresaron satisfacción con las conversaciones, y miembros del gabinete estadounidense pronosticaban una extensión, el pacto se mantenía frágil. Bessent había dicho que la decisión final correspondía a Trump.