“Hoy, por primera vez que alguien pueda recordar, tenemos una oportunidad única en la vida para dejar atrás viejos rencores y odios profundos”, dijo Trump en la ciudad egipcia de Sharm el-Sheikh, donde firmó junto a los mediadores de Egipto, Qatar y Turquía un documento de cese al fuego.
“Juntos vamos a forjar una paz magnífica, grande y duradera”, dijo el mandatario.
El viaje relámpago de Trump aumentó el optimismo de que se pueda poner fin a la guerra entre Israel y Hamás. “Juntos hemos logrado lo que todos decían que era imposible. Por fin tenemos paz en Medio Oriente”, afirmó. “Ahora comienza la reconstrucción”.
Sin embargo, el cese al fuego incipiente sigue siendo frágil, con muchos detalles por resolver, como el desarme de Hamas, la retirada total de las Fuerzas de Defensa de Israel de la franja y la conformación de una administración internacional del enclave palestino.

Palestinos celebran la liberación de casi 2.000 prisioneros por parte de Israel.
Ad portas de esas difíciles negociaciones, casi tres decenas de líderes de Europa y Medio Oriente asistieron a la cumbre egipcia, entre ellos el Presidente egipcio Abdel Fattah el-Sisi, el Presidente francés Emmanuel Macron, el canciller alemán Friedrich Merz, el emir de Catar Sheikh Tamim bin Hamad al Thani, la primera ministra italiana Giorgia Meloni, el primer ministro británico Keir Starmer y el Presidente palestino Mahmoud Abbas.
Trump presentó la lista de asistentes como una demostración de fuerza, afirmando que “todo el impulso ahora” está detrás de su plan de 20 puntos para la paz. Aun así, al cierre de su discurso, el mandatario estadounidense invitó abiertamente a los líderes a sumarse al aún no conformado “Consejo de la Paz” que propone para gobernar Gaza en reemplazo de Hamás, organización designada como grupo terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declinó la invitación a participar en la cumbre, citando la celebración de una próxima festividad judía.
Pese a la incertidumbre sobre los próximos pasos en Gaza, Trump buscó presentar la tregua como un logro histórico y pidió a los líderes mundiales garantizar que ninguna parte la socave.
Uno de los 20 rehenes israelíes que volvieron a casa.
La liberación de rehenes y prisioneros
En un discurso ante el Parlamento israelí, donde fue recibido como un héroe, Trump planteó que consideraba el acuerdo como la resolución definitiva de un conflicto sectario que ha durado generaciones. El pacto de la semana pasada detuvo los combates en Gaza para permitir la liberación de los 20 rehenes que seguían con vida en el enclave palestino. Ellos fueron liberados este lunes, al igual que cerca de 2.000 palestinos detenidos en cárceles israelíes.
“Han ganado. Ahora es momento de traducir estas victorias contra los terroristas en el campo de batalla en el premio supremo de la paz y la prosperidad para todo Medio Oriente”, dijo Trump a los legisladores israelíes.
El Presidente también instó a los habitantes de Gaza a concentrarse en “restaurar los fundamentos de estabilidad, seguridad, dignidad y desarrollo económico, para que finalmente puedan tener la vida mejor que sus hijos realmente merecen después de décadas de horror”.
Trump incluso pronosticó que Irán, un declarado enemigo de Israel, donde Estados Unidos bombardeó sitios nucleares a comienzos de este año, “se sumará” eventualmente a su iniciativa de paz.
Persisten, no obstante, las dudas sobre la duración de la tregua. Casi en simultáneo con el final del discurso del Presidente estadounidense -recibido con aplausos entusiastas en el Parlamento israelí-, el ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, afirmó que Hamás no había cumplido su compromiso de entregar los restos de todos los rehenes muertos antes del lunes. “Cualquier retraso o evasión deliberada será considerado una violación grave del acuerdo y se responderá en consecuencia”, advirtió Katz.