A las 00:01 horas de este miércoles Estados Unidos inició su primer cierre gubernamental desde fines de 2018, ya que los senadores no llegaron a un acuerdo sobre el financiamiento para el Gobierno federal tras las votaciones celebradas a última hora de este martes.
Durante el cierre, el gobierno federal suspende todas las funciones no esenciales, mientras que los empleados cuyo trabajo se considera esencial, como los militares en servicio activo y los agentes federales de las fuerzas del orden, deben presentarse a trabajar, a menudo sin goce de sueldo.
El cierre también dificultará que los responsables políticos y los inversionistas evalúen la fortaleza de la economía, ya que se retrasarán informes clave que son seguidos de cerca por los mercados, incluidas las cifras de empleo, muy esperadas este viernes.
Ni la resolución de continuidad de los republicanos -un acuerdo a corto plazo para mantener el financiamiento del Gobierno en los niveles actuales- ni la contrapropuesta redactada por los demócratas obtuvieron el respaldo de los 60 senadores necesarios para mantener el Gobierno abierto. El Senado votó 55-45 a favor del proyecto de ley liderado por los republicanos.
Todos los senadores demócratas, excepto tres -Catherine Cortez Masto, de Nevada, Angus King, de Maine, y John Fetterman, de Pensilvania- se opusieron a la propuesta. El republicano Rand Paul, de Kentucky, también se opuso a la resolución de continuidad.
Poco después de la votación, Russell Vought, director de la Oficina de Administración y Presupuesto, ordenó a los departamentos y agencias gubernamentales que “ejecutaran sus planes para un cierre ordenado”.
La Casa Blanca ha sugerido en los últimos días que el cierre del Gobierno podría brindar a los departamentos y agencias federales la oportunidad de despedir permanentemente al personal considerado “no esencial”.
El Presidente Donald Trump afirmó este martes que su Gobierno estaba preparado para despedir a “muchos” trabajadores federales, al tiempo que culpaba a los legisladores demócratas del impasse.
El cierre gubernamental más reciente, durante la primera administración Trump, duró más de un mes y provocó el despido de 800 mil trabajadores. La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), una entidad no partidista, anunció que prevé que unos 750 mil trabajadores puedan ser suspendidos temporalmente esta vez, con un costo aproximado de US$ 400 millones diarios.