Cristina Fernández da un giro y ahora dice que la muerte del fiscal Nisman no fue suicidio

La muerte del fiscal Alberto Nisman pocos días después de acusar a la presidenta Cristina Fernández y a algunos de sus máximos colaboradores de encubrir a los responsables del atentado en la AMIA dejó al Gobierno en una situación complicada.

Según una encuesta de Management & Fit, 84% de los consultados cree que la muerte de Nisman -el mismo día en que iba a presentar su denuncia- afectará en mucho o algo la imagen de la mandataria.

De los encuestados, 63,2% estima que la muerte del fiscal "afecta mucho" la imagen presidencial, mientras 20,8% dice que "afectará algo". Y sólo 12,8% opinó que no le afectará en nada la visión que la gente tiene sobre Fernández.

El 69,3% de los encuestados mostró desazón con los resultados de la investigación y sólo 22,1% se mostró seguro de que el hecho será aclarado. El 8,6%, prefirió no contestar.

El estudio privado reveló que un 61,1% opinó que las acusaciones del fiscal eran "verdaderas", 26,9% prefirió no contestar y sólo 12% dijo que las denuncias eran "falsas".

Fernández: "No fue suicidio"
En medio de las crecientes críticas, la presidenta dio ayer un giro de 180 grados sobre su discurso, y aseguró que la muerte del fiscal no fue un suicidio.
"El suicidio (que estoy convencida) no fue suicidio", escribió la mandataria en una carta bajo el título "AMIA y la denuncia del fiscal Nisman", que publicó en su sitio CFKargentina.com y que fue reproducida en la red social Facebook.

Esta carta es la segunda que publica la presidenta en 48 horas luego de que la primera asegurara que la muerte del fiscal había sido un suicidio.

"La denuncia del Fiscal Nisman nunca fue en sí misma la verdadera operación contra el Gobierno. Se derrumbaba a poco de andar. Nisman no lo sabía y probablemente no lo supo nunca. La verdadera operación contra el Gobierno era la muerte del Fiscal después de acusar a la Presidenta, a su Canciller y al Secretario General de La Cámpora de ser encubridores de los iraníes acusados por el atentado terrorista de la AMIA", agregó.

El senador radical opositor, Ernesto Sanz, de inmediato le respondió a la presidenta que si cree que no fue un suicidio debería echar a torda la cúpula de Seguridad". Además, Sanz se preguntó: "¿Qué ha pasado que en 72 horas para que cambiaran tan rotundamente de discurso?".

"La Presidenta tiene todavía en sus manos un servicio de Inteligencia, si tiene información tiene que ponerla a disposición de la Justicia", reclamó.

El colaborador
Como parte también de su contraofensiva, el gobierno ha comenzado a apuntar al colaborador de Nismam, el técnico informático, Diego Lagomersino, quien le prestó al fiscal el arma que le causó la muerte.

"Resulta imposible no observar que en cualquier lugar del mundo, si alguien aparece muerto por un arma que está registrada a nombre de otra persona y esa misma persona resulta ser la última que estuvo con él en vida, le entregó el arma en el mismo lugar del hecho, su casa, y es un íntimo colaborador suyo especialista en informática que trabaja también en la causa AMIA desde el año 2007, resulta cuanto menos raro. Muy raro", cuestionó la mandataria. "Por eso es más que conveniente que se le otorgue mucha protección al Sr. Daniel Ángel Lagomarsino".

Por su parte, el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández dijo que "hay demasiadas cosas ligadas a este personaje (Lagomarsino) que tienen que ser explicadas a la Justicia. No puede entregar graciosamente un arma a otro si no tiene la credencial de legítimo usuario".

El técnico informático rechazó los cuestionamientos y aseguró ayer que no es "un agente de Inteligencia, no tengo nada que ver ni jamás conocí a (Antonio) Jaime Stiusso" aunque reconoció que el fiscal le pidió un arma por protección porque el ex funcionario de la Side (Secretaría de Inteligencia)le había dicho que "tuviera precaución y cuidara a sus hijas".

Stiusso es un ex director de Contrainteligencia de la SIDE que asesoró a Nisman y al que el gobierno ha acusado de "venderle" una tesis falsa al fiscal.