Internacional

Visita de Xi a EEUU dará pistas sobre el futuro presidente chino

No se esperan avances en los temas pendientes porque Xi no puede aparecer doblegándose antes de su ascenso.

Por: | Publicado: Martes 31 de enero de 2012 a las 05:00 hrs.
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Por Wang Xiangwei 



En mayo de 2002, cuando el entonces vicepresidente Hu Jintao visitó Washington, cinco meses antes de asumir el principal liderazgo de China, era mayormente desconocido en el mundo exterior. La visita generó una serie de artículos y el famoso titular “¿Quién es Hu?” (Who is Hu?).

Ahora, casi diez años después, justo cuando Hu se está volviendo más familiar para el resto del mundo, el próximo líder de China en espera, el vicepresidente Xi Jinping (58), está preparándose para visitar EEUU el próximo mes. Y ya hay artículos en Internet preguntando, “¿Quién es Xi?”.

Cómo se responda esa pregunta en las próximas semanas ayudará a formar la percepción internacional del liderazgo de Xi en la segunda economía del mundo en los próximos diez años. Se espera que se convierta en jefe del Partido Comunista en su congreso 18º en otoño y presidente del estado en marzo del próximo año.

Hu parece haber iniciado un ritual para los futuros líderes de China de emplazar a la Casa Blanca.

La visita de Xi probablemente le de un impulso a su imagen internacional, como lo hizo para Hu, y destaque la importancia que le da Beijing a su cercana aunque complicada relación con Washington.

Es interesante destacar que el presidente Obama se reunirá con Xi el 14 de febrero, el Día de San Valentín. Es muy probable que esta sea una fecha escogida cuidadosamente, con el objetivo de inyectar un sentido de cercanía en un momento en que los pre-candidatos presidenciales republicanos están elevando su retórica contra Beijing y con Obama más enérgico en apuntar a China por prácticas desleales de comercio en su último discurso del Estado de la Unión.

Según una declaración de la Casa Blanca, Xi y Obama discutirán “un amplio rango de conflictos bilaterales, regionales y globales”. Eso cubre en su mayoría a las incertidumbres económicas globales, el comercio y la divisa china, los programas nucleares de Irán y Corea del Norte, y los derechos humanos. Pero sería demasiado optimista esperar cualquier progreso significativo en esos conflictos, en gran parte porque Xi no puede aparecer doblegándose ante demandas estadounidenses en la víspera de su ascenso, lo que no sería bien recibido en China.

Más importante, si Xi tiene nuevas ideas sobre los temas globales o domésticos, probablemente se las guarde para sí mismo hasta que su llegada al poder esté asegurada. En cambio, se espera que Xi siga la política china de largo tiempo de prometer relaciones firmes y respeto mutuo.

Xi ciertamente enfrenta desafíos de grandes proporciones. Después de 30 años de tasas de crecimiento de dos dígitos, se espera que la economía china se desacelere a un crecimiento de un sólo dígito en los próximos años.

Mientras muchos analistas concuerdan en que una tasa de crecimiento más lenta de entre 7% y 8% es más sana y sostenible en el largo plazo, eso ha elevado preocupaciones sobre un aterrizaje forzoso de la economía en el corto plazo.

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