El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude
Trichet, adelantó hoy que la entidad penalizará a la banca que no presta la
liquidez que reclama, al rebajar la tasa que remunera los depósitos excedentes.
A partir del 21 de enero, el interés de las facilidades de depósitos se reduce
de 2% a 1,5%, y el marginal del crédito pasa de 3 a 3,5%.
Trichet no abandona su intento de reactivar el mercado interbancario aunque, de
momento, parece que con escaso éxito, según afirman los bancos.
En su reunión de ayer, el BCE volvió a ampliar a 200 puntos básicos la banda
entre las facilidades de crédito y las de depósito, reduciendo las tasas de
éstas últimas, decisión que supone un paso atrás respecto de lo acordado hace
dos meses.
De esta forma, el banco emisor penaliza a quien pide liquidez y presta poco, ya
que la remuneración al sobrante la paga a una tasa mucho más baja, según
Expansión.com.
Los préstamos a un día (overnight) en el BCE subieron fuertemente desde
mediados de octubre, cuando empezó a ofrecer a los bancos fondos ilimitados y
redujo a la mitad la brecha entre su tasa principal y la tasa de depósitos.
El pasado 8 de octubre, el BCE redujo la brecha de la tasa de interés que
aplica a los bancos que acuden a pedirle financiación a la ventanilla del
eurosistema, de 200 puntos básicos a 100.
Así, la tasa marginal de crédito pasó de 100 a 50 puntos básicos por encima del que se
aplica a las operaciones de financiación, y el correspondiente a los depósitos
que se colocan en el propio BCE.
La medida fue bien recibida por el sector financiero, y desde entonces, la
banca comenzó a depositar fondos en el BCE que previamente había solicitado
como créditos para obtener liquidez.
Esta nueva operativa coincidió también con los distintos programas de ayudas de
los Gobiernos de la UE al sistema financiero para facilitar los accesos a la
liquidez y, así, que se reactivara la concesión de créditos a familias y
empresas.
Pero la reacción de los bancos, según los Estados europeos y del propio
Trichet, fue la
contraria. Las entidades financieras siguen sin revertir esta
liquidez a la economía real, o por lo menos eso argumentan las autoridades
gubernamentales.
Los bancos se defienden al afirmar que no conceden créditos no porque se haya
cerrado, sino porque no hay demanda, pero reconocen que las condiciones para
otorgar ahora un préstamo se han endurecido tras el aumento de la morosidad y
el mayor costo por obtener liquidez al seguir los mercados mayoristas cerrados.
Mientras tanto, siguen atesorando liquidez incluso en el propio BCE, y dudan
sobre cuándo se volverá a una situación de normalidad en los mercados. Por
ello, comenzaron en octubre a atesorar liquidez en el propio BCE, aunque
perdieran rentabilidad.