De practicante a primera presidenta en la historia de la Bolsa de Nueva York
La ejecutiva recuerda que en sus inicios, el baño para mujeres en la Bolsa de Nueva York era una vieja cabina telefónica reacondicionada.
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El mes pasado, el alcalde de Nueva York anunció que la estatua de la ‘Niña sin Miedo’, que llevaba un año causando polémica por su ubicación –desafiando al toro de Wall Street– sería reinstalada mirando hacia el frontis de la Bolsa de Nueva York, como símbolo del empoderamiento femenino en los negocios.
La decisión parece premonitoria de lo que se estaba gestando al interior de la principal plaza bursátil del mundo, ya que, por primera vez en 226 años de historia de esa bolsa, una mujer encabezará la institución. NYSE anunció ayer que Stacey Cunningham será su presidenta número 67, en reemplazo de Thomas Farley. De esta manera, la ejecutiva se sumará a Adena Friedman, que poco antes fue elegida como la primera mujer en encabezar el Nasdaq, el principal rival del NYSE.
Cunningham llegó al piso de transacciones casi por casualidad, pero como a muchos que han estado allí, le bastó un momento para quedar enganchada de por vida. Durante un receso de vacaciones en la Universidad de Lehigh estaba buscando trabajo como mesera en un restaurante, pero en todos los sitios donde postulaba le pedían experiencia laboral. Su padre, que trabajaba en una corredora, le consiguió un empleo temporal. “Simplemente me enamoré del piso de operaciones. Apenas pisé el lugar pensé que eso era lo que quería hacer”, recordó en una entrevista con Financial Times, el año pasado.
Cunningham llegó al piso de operaciones del NYSE en 1994 como practicante. Tras graduarse de ingeniería industrial comenzó a trabajar en 1996 como especialista para JJC, una corredora que después fue absorbida por Bank of America, donde se desempeñó durante ocho años.
Se trataba de un ambiente hostil para las mujeres. “Era una mujer operando como trader en el piso y nunca pensé en ello. Nunca pensé si eso podía pasar o no”.
Cunningham recuerda que en esa época, el baño para mujeres era una vieja cabina telefónica reacondicionada, mientras que sus colegas varones tenían un salón “palaciego”, con sillones y comodidades, y un mayordomo de tiempo completo.
En declaraciones a TheStreet publicadas en marzo, Cunningham rindió un pequeño homenaje a Muriel Siebert, la primera mujer en ocupar un puesto en el piso de operaciones del NYSE, en 1967.
Pese a los avances en esta materia, aún hay mucho por recorrer. “Todavía luchamos por conseguir un trato más igualitario para las mujeres en el mundo financiero en general”, reconoce la nueva presidenta.
Al calor del momento
En 2005 su carrera dio un inesperado giro. “No soy el tipo de persona que tenía un mapa de carrera claramente trazado en su cabeza desde la universidad. No tenía una imagen general de hacia dónde me dirigía”, comentó en una ocasión a un grupo de estudiantes.
Ese año dejó la tensión y el estrés de las transacciones bursátiles por la agitación y el ritmo desenfrenado de las cocinas profesionales. Cunningham se matriculó en un curso de nueve meses en el Instituto de Educación Culinaria de Manhattan. El programa incluía seis semanas trabajando en un restaurante de verdad, período que pasó en la cocina de Ouest, uno de los establecimientos de moda en Upper West Side. La experiencia aportaría más tarde importantes lecciones para su carrera en Wall Street.
“El ambiente era muy parecido al de un piso de transacciones. Cosas que estarían mal en cualquier otro lugar de trabajo tienden a estar bien en un piso de transacciones, al igual que en la cocina de un restaurante. La manera en que se interactúa con los colegas, por ejemplo, donde todos saben que no hay que tomar las cosas de manera personal. En un piso de operaciones se puede ser agresivo luchando por una operación, al calor del momento, pero al final del día, todos van juntos por una cerveza”.
La conclusión es que, ya sea en una cocina o en un piso de operaciones, hay que hacerse responsable por los errores propios, solucionarlos y seguir adelante, dice Cunningham. “El error es tuyo, tú lo solucionas y sigues adelante. Realmente no hay tiempo para lidiar con ello de ninguna otra manera, porque es probable que de lo contrario lo empeores”.
Después de esa breve pero importante pausa, Cunningham regresó al mundo de las acciones, y en 2007 fue contratada como directora de mercados de capitales del Nasdaq, el principal mercado para valores de empresas tecnológicas. Cuatro años después había sido ascendida a jefa de la unidad de ventas para servicios de transacciones en EEUU.
Revolución tecnológica
En 2012 regresó al NYSE y a partir de 2015 se convirtió en directora de Operaciones de la firma. Desde esa posición se esforzó en democratizar los mercados para las pequeñas empresas e inversionistas. Para ello fue clave su experiencia en JJC, donde su trabajo consistía en facilitar las transacciones de ciertas acciones destacando las mejores ofertas de compra y venta y manteniendo el orden del mercado para esos títulos.
Cunningham impulsó cambios que buscaban simplificar la estructura del mercado y ayudar a las personas a entender mejor la manera en que operan.
Pero también está liderando la modernización de la plaza financiera, para unificar los sistemas en todas sus plataformas. Cuando se inició en el sector, los mercados financieros seguían al margen de la revolución tecnológica, y los computadores recién comenzaban a imponerse en las operaciones, que hasta entonces todavía se hacían mayoritariamente a viva voz. “El piso de transacciones todavía era completamente manual. El mercado se había movido más allá de eso y nosotros no habíamos hecho la transición a la tecnología en el piso. Me parecía un error. Si no le dábamos a la gente en el piso las herramientas que necesitaban para competir en un ambiente moderno no serían exitosos”.
En el verano boreal de 2015, el NYSE sufrió uno de los peores episodios de su historia, cuando una oferta de ventas desató una ola de volatilidad y obligó a paralizar las transacciones de más de 1.0000 títulos. Desde entonces, Cunningham ha implementado varias reformas para evitar que se repitan casos como ese.
En una entrevista realizada en marzo, la nueva presidenta del NYSE destacó que la bolsa está observando con atención las oportunidades que están surgiendo en el sector de las criptomonedas. En 2015 la firma compró una participación en Coinbase, una de las mayores plazas para este tipo de activos.