En su última reunión de política monetaria, varios consejeros del Banco Central advirtieron que "había cierta preocupación por los efectos del alza del precio de los alimentos", lo que "podría tener un impacto mayor en la inflación local", según revela la minuta de la institución.
Sin embargo, la mayoría de los integrantes resaltaron que "la inflación anual había seguido la evolución esperada", y que ésta se mantenía en torno a la meta "y que, con algunas fluctuaciones, debiera permanecer en el rango de tolerancia en los próximos meses".
Algunos Consejeros coincidieron en que, respecto de la reunión anterior, no había un cambio en el escenario que permitiera pensar que la pausa no debiera ocurrir. No obstante, agregaron, que "había varios elementos que sugerían un cambio en el balance de riesgos, con mayor énfasis en la inflación. Añadieron que si estos riesgos se intensificaban, existía flexibilidad para ajustar la trayectoria de la TPM en las reuniones siguientes".
Pese a que la decisión finalmente fue la de mantener la tasa de interés de política monetaria en 3,25% anual, con los votos de José de Gregorio, Manuel Marfán, Enrique Marshall, Sebastián Claro y Rodrigo Vergara, también se analizó la opción de incrementar 25 puntos base de la TPM.