El grupo holandés ING anunció hoy que va a separar sus
actividades de banca y de seguros para desprenderse de forma gradual de las
segundas y que va a emitir títulos por valor de 7.500 millones de euros (unos
US$ 11.175 millones) para devolver parte de las ayudas que recibió del Estado
ante la crisis financiera.
La decisión forma parte del plan de reestructuración que la
entidad ya ha presentado a la Comisión Europea (CE) y que espera poner en
marcha durante los próximos cuatro años, según un comunicado del grupo.
El objetivo es volver al planteamiento inicial de su negocio
por medio de la desinversión en todas las operaciones de seguros (incluida la
gestión de inversión) a través de ofertas públicas, ventas o una combinación de
ambas vías.
Según el presidente ejecutivo de ING, Jan Hommen, las medidas
anunciadas están llamadas a resolver la incertidumbre creada por la crisis
financiera, que obligó al Gobierno holandés a rescatar la entidad en dos
ocasiones, en octubre de 2008 y en enero de 2009.
Ayudas
Hommen asegura en un comunicado que durante los seis últimos
meses ING trabajó de cerca con el Ejecutivo holandés y la CE para encontrar la manera de
devolver las ayudas recibidas, asegurar la viabilidad de la entidad y evitar un
impacto negativo en la competencia del sector.
Para devolver las ayudas, ING prevé comprar de aquí a enero
de 2010, por 5.000 millones de euros (US$ 7.450 millones), las acciones que
adquirió el Gobierno holandés.
ING pagará diez euros por acción más una prima de 950
millones de euros y para financiar la operación emitirá títulos por valor de
7.500 millones de euros.
ING había recibido una inyección de capital de 10.000
millones de euros (US$ 14.900 millones), en octubre de 2008, y una garantía
estatal para su cartera de activos problemáticos, procedentes en su mayoría de
hipotecas estadounidenses de alto riesgo.
El Estado holandés compró, a cambio de US$ 28.000 millones,
el derecho a recibir los flujos de tesorería de esa cartera