No sólo pasa en Chile. El presidente de la empresa japonesa Olympus, Suichi Takayama, terminó por admitir - luego de semanas de rumores- que su compañía escondió las pérdidas “por décadas”, utilizando adquisiciones de dudosa rentabilidad como la compra de la británica Gyrus Group, además de tres firmas niponas sin relación con su rubro.
El efecto se sintió de inmediato en las acciones de Olympus: tras la declaración de Takayama, los papeles de la tecnológica -dedicada a la fabricación de cámaras fotográficas y otros dispositivos ópticos de precisión- cayeron 29% en las operaciones de ayer, arrastrando consigo a la bolsa nipona, con el Topix anotando una baja de 1,7%.
Los títulos de la empresa llegaron así a un mínimo que no veían hace 16 años. Desde que se dio a conocer el escándalo, la empresa ha reducido su capitalización bursátil en al menos
US$ 6.000 millones.
En un símil con lo sucedido con el retailer chileno, el presidente de Olympus culpó a su predecesor, al vicepresidente y al auditor interno de orquestar la maquillación de los estados financieros de la firma. Takayama agregó que está considerando llevar el caso a la justicia.
El escándalo protagonizado por la empresa tiene precedentes: a fines de los ochenta la práctica de esconder las pérdidas a través de compras fuera de Japón, conocida como tobashi, llevó a la quiebra de Yamaichi Securities.