Proyecto sobre Tasa Máxima se posterga mientras indicador llega a techo de tres años
Hasta hoy se reciben indicaciones al proyecto de ley que busca reducir el interés máximo que pueden cobrar los oferentes de créditos.
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A pesar que desde el gobierno tendría la máxima prioridad, la modificación de la Tasa Máxima Convencional (TMC) nuevamente fue aplazada y sin una fecha exacta para que se retome la discusión.
Así, el proyecto parece estancarse en el Congreso con señales de discrepencias sobre sus reales alcances. Esto, al tiempo que el indicador de la TMC alcanzó la semana pasada su mayor nivel desde 2009, llegando a 53,97%.
Y aunque hoy vence el plazo para presentar indicaciones, se prevé que las discrepancias existentes entre el gobierno y los parlamentarios se mantengan, más aún cuando aún no se decide siquiera el mecanismo para calcular el indicador.
Con todo, ya se decidió que el tramo en que se aplicará la futura medida será entre UF 0 y UF 200.
El senador José García (RN), miembro de la Comisión de Economía, explica que aunque considera necesario realizar un cambio en la Tasa Máxima “hay que ser muy cuidadoso, para no provocar que muchas familias pierdan su acceso al crédito y que terminen en manos del mercado informal”.
Expectativas de la comisión
Por su parte, el presidente de la comisión, el senador Eugenio Tuma (PPD), espera que cuando se retome la discusión se logre un acuerdo para llevar adelante la iniciativa.
“Los niveles en los que se encuentra la Tasa Máxima hacen urgente la discusión de este proyecto”, indica el parlamentario. A su juicio, serían muchas las familias las que se verían beneficiadas con la rebaja.
Si bien se busca que la caída de la TMC sea significativa, también se advierte que un cambio muy pronunciado dificultaría el acceso al crédito, especialmente entre las familias de menos recursos.
Incluso un informe de expertos del Banco Central advirtió que entre 9,3% y 35,6% del total de las familias podría quedar excluida del crédito formal si se reduce el techo de la TMC a 35%.
Por ello, la recomendación desde el mundo académico ha sido consistente: de producirse algún cambio, este debe ser gradual y estudiarse sus efectos. En ello coincide el senador García: “el cambio debe monitorearse, de tal manera de corregir cualquier efecto negativo”.